Omar Felipe Giraldo, Ingrid Toro
Crítica del libro: Yonné Sundari Mata y Callejas*
- Año: 2020
- Editorial: Ecosur, Universidad Veracruzana
- ISBN: 978-607-8429-98-01
- Páginas: 174
Palabras clave: estética ambiental, epistemología ambiental, ética ambiental, cuerpo
Keywords: environmental aesthetics, environmental epistemology, environmental ethics, bodies
DOI: doi.org/10.53368/EP63IVCclyr01
Imagen 1: Portada del libro, con ilustración de Julián Toro. Fuente: Ecosur, Universidad Veracruzana.
¿Qué significa ser cuerpo? ¿Se es cuerpo sin estar en contacto con otros cuerpos? ¿Cómo se siente el estar aquí? ¿El territorio construye a los demás cuerpos? ¿Cómo nos vivimos en el lenguaje? En este libro escrito por Omar Giraldo e Ingrid Toro surgen preguntas que en su misma construcción entrelazan posibilidades aparentemente incapaces de sentirse. La propuesta de los coautores se centra en dejarse sentir a partir del cuerpo y cómo nuestro estar-ser-cuerpo es afectado, a la vez que afecta a otros estares-seres-cuerpos con los que compartimos territorio.
Vivir-sentir y ser cuerpo entre otros cuerpos no es una práctica que se logre a través de la dialéctica imperante y con la epistemología clásica, la cual celebra las relaciones desnaturalizantes. Este libro propone olvidarnos de la tradición sujeto-objeto y nos invita a pensar-sentir desde el cuerpo-cuerpo. La idea central recuerda sin duda la ontología relacional difundida por el antropólogo colombiano Arturo Escobar (2014).
Lo interesante y poderoso del ejercicio de pensar lo otro como cuerpo es que exige ponernos en situación de piel; la piel entendida como aquello que nos contiene en diferencias, en potencias, en posibilidades, y no como lo que nos limita, porque esa sutil membrana porosa es al mismo tiempo aquello que nos permite intercambiar sensaciones y experiencias con otros cuerpos: afectividades.
Todo el tiempo afectamos y somos afectados por otros cuerpos. Esto quiere decir que no somos un cuerpo estático, sino que somos un agenciamiento entre cuerpos, porque, para ser-sentir, estamos a expensas del encuentro con otros cuerpos: nos resolvemos como dinámicas en situación de corporizarse. Se trata de afectividades que siguen una lógica estética y biológicamente organizada; es proceso que mientras se corporiza se siente.
Y si no se entiende, valdría la pena preguntarnos por qué es más fácil comprender las cosas que sentirlas.
En el marco de pensarse-sentirse como cuerpo, lo que antes fuese objetos, naturaleza o lo otro, se vuelve un entramado de multiplicidades del ser. Multiplicidades que, al dotarse de capacidad y potencialidad corpórea, se pueden interpretar y pensarse-sentirse a través de una epistemo-estesis. Dicha epistemo-estesis prioriza el sentir sobre la razón construida.
Ingrid y Omar aprovechan este término para dejar atrás las relaciones epistemológicas imperantes y proponer en su lugar un ethos ambiental, pensado desde una ética ontológica ambiental del estar y el habitar entre multiplicidades: ¿cómo se vive-siente en multiplicidad? Su idea sugiere una sensibilidad ambiental que implica ser guiada por la experiencia de otros cuerpos, sentimientos y emociones. En este sentido, un cuerpo comienza a ser ético en multiplicidad desde que se empieza a asumirse con la capacidad para afectar y ser afectado. Entonces entendemos que la empatía es potencia y cultivo de afectividades entre cuerpos. Se vive-siente a partir de comprender las alteridades como cuerpos y no desde una ontología del ser separado, que desnaturaliza, subjetiva y objetiva cuerpos.
¿Cómo se vive-siente esta ética del estar y habitar? Giraldo y Toro lo siembran desde la experiencia de los saberes ambientales que han sido heredado generacionalmente por los pueblos. Sostienen que estas formas de ser y vivir-sentir de diferentes cuerpos son el entendimiento pragmático del rizoma de devenires estéticos y específicos de un territorio en particular. Apuntan a que la verdadera ética ambiental es aquella que se hace en sinergia con otros cuerpos, siempre en afectividad.
Los pueblos rurales han vivido-sentido de forma directa esta afectividad entre cuerpos durante miles de años, y es justamente esta capacidad y potencialidad empática del contacto lo que les ha permitido moverse, saberse, entenderse y sentirse en un territorio o espacio ecológico en concreto. Por esta razón, estos cuerpos entre cuerpos han sabido multiplicar un acervo de saberes vernáculos, como los denominan los coautores. Estos saberes ambientales no radican exclusivamente en la capacidad de reproducción o saber-hacer de las dinámicas necesarias para sostener la vida, sino que también comparten cuestiones arraigadas en la identidad. Habitar el lenguaje es una parte esencial de estos saberes ambientales y resulta imposible separar la natividad de estas lenguas de su territorio-cuerpo, pues estas mismas se han creado y formado a partir de las especificidades ecológicas del espacio y el territorio habitado.
Vale la pena comparar dicha ontología intercorpórea de las afectividades con el concepto de simpoiesis (Haraway, 2016), el cual señala puntualmente que la vida no puede perpetuarse en aislamiento; es decir, que un cuerpo en solitario es incapaz de autoproducirse. Se trata de una coproducción entre cuerpos, tanto desde un punto de vista material como semiótico.
Ingrid y Omar apuestan por descolonizar la epistemología al volverla un acto corpóreo, un acto rebelde que devuelve la voluntad. Una epistemo-estesis que enaltece la sabiduría de aquellos que fueron silenciados y negados. Este libro es un grito por la vida, un canto a las diferentes formas de construir y de conocer la vida. A aquellas formas que no temen al encuentro entre cuerpos diferentes, pues entienden que la convergencia de diversos cuerpos en un territorio no es sinónimo de conflicto, sino una posibilidad de trenzamiento y movimiento.
Referencias
Escobar, A., 2014. Sentipensar con la tierra. Nuevas lecturas sobre desarrollo, territorio y diferencia. Medellín, Unaula.
Haraway, D., 2016. Staying with the Trouble: Making Kin in the Chthulucene. Durham, Duke University.
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* Estudiante de Ciencias Ambientales. Universidad Nacional Autónoma de México. E-mail: 420142638@enesmerida.unam.mx.
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