Paula Bruna Pérez*
Resumen: Comprender la ecosfera y las complejas relaciones que en ella se suceden requiere situarse en puntos de vista no humanos. Pero ¿cómo aproximarse a lo no humano desde nuestras capacidades y limitaciones antrópicas? La literatura, el cine y el arte visual han utilizado la narrativa especulativa como instrumento para acercarse a ello. En este artículo se exponen tres proyectos artísticos contemporáneos en los que se ha utilizado la narrativa especulativa para confrontarse con el otro no humano: Confronting vegetal otherness (2015-), de Špela Petrič, que analiza la alteridad de la planta desde la interacción recíproca; History of others (2012-), de Laura Gustafsson y Terike Haapoja, que plantea una historia alternativa desde la perspectiva de los animales no humanos, y El Plantoceno (2017-), un trabajo artístico mío estructurado sobre un relato del Antropoceno desde el punto de vista de las plantas.
Palabras clave: arte contemporáneo, empatía, realismo especulativo, poshumanismo, posantropocentrismo
Abstract: Understanding the ecosphere and the complex relationships that take place in it requires to be placed in other non-human points of view. But, how can we approach the non-human from our anthropic capacities and limitations? Literature, cinema and visual art have used speculative narrative as an instrument to approach the non-human other. In this article, three contemporary art projects where speculative narrative has been used to confront the non-human other are presented: Confronting Vegetal Otherness (2015-present), by Špela Petrič, which analyzes the plant otherness by means of a reciprocal interaction; History of Others (2012-present), by Laura Gustafsson and Terike Haapoja, which raises an alternative history from the perspective of the non-human animals; and The Plantocene (2017-present), my own artistic project based on an Anthropocene story from the plants point of view.
Keywords: contemporary art, empathy, speculative realism, posthumanism, post-anthropocentrism.
Introducción
Salir de la lógica imperante del capitalismo requiere un cambio fundamental en la subjetividad humana, tanto en la individual como en la colectiva (Guattari, 2000). Este profundo cambio en las mentalidades pasa por abandonar el excepcionalismo y el supremacismo de nuestra especie, y en definitiva el antropocentrismo que impregna todas las disciplinas (Haraway, 2016). En otras palabras, debemos dejar de lado nuestro protagonismo hegemónico y comprender otros puntos de vista no humanos. Porque solo siendo conscientes de la existencia de otras temporalidades, otras escalas y otras sensibilidades es posible plantearse la coexistencia ecológica (Morton, 2016).
Pero ¿cómo adentrarnos en subjetividades no humanas desde nuestra condición de humanos? Las teorías filosóficas del realismo especulativo, enmarcadas en el poshumanismo, abren una puerta a este reto al admitir la existencia de una realidad más allá de lo accesible para los humanos.[1] Existe, pues, un mundo parahumano al cual no podemos acceder debido a nuestras limitaciones naturales, pero podemos aproximarnos a él mediante la especulación.
El arte, el cine, la literatura e incluso el pensamiento ecológico han hecho uso de la especulación ante la necesidad de explicar realidades y sensibilidades que transcienden las capacidades sensoriales y cognitivas humanas. Haraway (2016), por ejemplo, recurre a la fabulación especulativa para exponer sus teorías sobre el Chthuluceno.[2] En el cine, la sensibilidad que transciende el conocimiento humano de Justine en Melancolía (Von Trier, 2011) o la mezcla de realidades humanas y parahumanas en Uncle Boonmee who can recall his past lives (Weerasethakul, 2010) son referentes de narrativas posantropocentristas (Parker, 2017). Incluso antes de que se acuñara el término poshumanismo, este concepto estaba de algún modo presente en algunas obras del pensamiento ecológico (la primavera silenciosa con la que especuló Rachel Carson) y de la literatura de ciencia ficción (el planeta-entidad Solaris de Stanislaw Lem) (Schweiger, 2017). En el arte visual contemporáneo, las prácticas artísticas acompañadas de narrativas especulativas son una interesante combinación para aproximarse a realidades no humanas. Las analizaré a partir de tres casos.
Confronting vegetal otherness (2015-)
Špela Petrič es una artista con una marcada formación científica (es doctora en Biomedicina). En su serie Confronting vegetal otherness, especula sobre el intercambio de perturbaciones entre humanos y plantas a modo de lenguaje de comunicación entre dos tipos de seres con formas de vida radicalmente distintas. A través de la confrontación con la alteridad vegetal, la artista explora su capacidad como humana para entender a las plantas en sus términos.
En el primer proyecto, Skotopoiesis (2015), Petrič se coloca frente a una parcela de berro germinado iluminado desde detrás de ella, de forma que su cuerpo proyecta una sombra en la parcela. Tras veinte horas de interacción, las plantas que se encuentran bajo su sombra se vuelven visiblemente más largas, delgadas y pálidas que el resto. Mientras el berro se alarga, la artista se encoge debido a la pérdida de líquido en los discos intervertebrales, consecuencia de tanto tiempo sin moverse.
En Phytoteratology (2016), Petrič combina hormonas humanas con embriones vegetales para crear entidades híbridas. “Extraigo esteroides de mi orina para estimular el crecimiento del embrión; las moléculas les hablan de mi presencia; como respuesta, ellos alteran sus patrones epigenéticos y desarrollan una morfología corporal única” (Petrič, s. f.). Estos pequeños “monstruos”, que la artista atiende con cuidados plantoparentales, emergen en un tiempo de crisis ambiental, política y social como precursores de la colaboración agencial afectiva.
En Strange encounters (2017), la artista organiza encuentros extraordinarios a nivel celular entre humanos (representados por células cancerígenas humanas) y plantas (el alga Chlorella). El papel de Petrič consiste en posibilitar, seleccionar, orquestar, documentar y narrar estos encuentros in vitro, en los que el cáncer y las algas negocian el espacio que les es permitido.
La convicción de Petrič acerca de la posibilidad de conocer más allá de las capacidades humanas se alinea con las teorías poshumanistas. A pesar de su base científica, llegado cierto punto, Petrič necesita recurrir a la especulación para completar el círculo que supone el conocimiento mutuo de plantas y humanos a igual nivel. La fabulación se hace más evidente a medida que avanza la serie; en Strange encounters Petrič narra situaciones imaginadas entre células humanas y vegetales, que suceden en tiempos y a escalas no antrópicos.
Imagen 1: Špela Petrič, Skotopoiesis (2015). Fuente: Petrič, s. f.
History of others (2012-)
Este es un proyecto de la artista Terike Haapoja y la escritora Laura Gustafsson cuyo objetivo es reinterpretar la historia y la organización social considerando las vidas y experiencias de los animales no humanos. Se trata de una serie de propuestas en forma de exposiciones, publicaciones, performances, intervenciones y seminarios que plantea una cosmopolítica interespecífica, en contraposición a las relaciones desiguales y diferenciadas entre humanos y no humanos que se producen en el antropocentrismo (Gustafsson y Haapoja, s. f.).
Museum of the history of the cattle (2013) es su primera propuesta. En ella reconstruyen la historia (presente, pasado y futuro) desde el punto de vista del ganado mediante la producción de documentación y su instalación en forma de museo. Esta historia alternativa está narrada en primera persona, y plantea una visión muy diferente de la domesticación.
The trial (2014) consiste en la escenificación de un juicio a quince cazadores por la muerte de unos lobos. Para ello, las artistas construyeron un sistema judicial imaginado que garantizaba los derechos de los animales.
En The museum of the history of non-humanity (2016) las artistas regresan a la forma de museo para narrar la historia de la distinción entre humanos y otros animales. La propuesta, planteada en un futuro hipotético, sitúa la deshumanización en el lugar de la historia al que consideran que debería pertenecer (el pasado), y busca una forma de convivencia más inclusiva para el futuro.
En definitiva, en History of others Gustafsson y Haapoja utilizan la narrativa especulativa para imaginar cómo sería un mundo en el que los marcos político, legal y social reconocieran la igualdad interespecífica, en contraposición a la excepcionalidad humana de la sociedad antropocentrista actual. La escenificación artística de esta especulación provee de una realidad alternativa, de la posibilidad de otra manera de habitar el mundo basada en un orden biocéntrico y no atropocéntrico (Demos, 2016).
Imagen 2. Haapoja y Gustafsson, The trial (2014). Fuente: Demos, 2016.
El Plantoceno (2017-)
El Plantoceno es un proyecto artístico mío fundamentado en una era geológica ficcionada, y a la vez factible, en la que las plantas son las protagonistas (Bruna, s. f.). Considerando las consecuencias de la fotosíntesis en la configuración y el funcionamiento del planeta (desde la composición atmosférica o el ciclo del agua hasta la existencia de la vida animal), si diferenciamos un Antropoceno, ¿por qué no un Plantoceno? Este punto de vista cuestiona la excepcionalidad y superioridad de nuestra especie, y pone de manifiesto la desigualdad de las relaciones interespecíficas, ya que nosotros dependemos de las plantas, pero ellas no de nosotros.
La primera propuesta, La reconquista (2017), consiste en una serie de dibujos realizados a partir de fotografías aéreas, que registran el avance del bosque en la zona de Farrera (un pueblo del Pirineo catalán) entre 1949 y 2015, debido al abandono de antiguos cultivos.
En el siguiente proyecto, El mundo sumergido (2018), objetos relevantes para nuestra sociedad (relacionados con la cultura, la tecnología, etc.) aparecen cubiertos por la vegetación, que borra su significado antrópico. La introducción de organismos vivos en las obras supuso un acercamiento físico al Plantoceno y un cambio significativo en mi práctica artística, pues requiere adaptarme a los tiempos y necesidades de las plantas.
En Dos vestidos (2018), confeccioné un vestido cosido íntegramente por plantas y otro plantado sin voluntad funcional ni estética. La experiencia de cada uno de ellos al contacto con mi piel fue absolutamente contraria y reveladora. En el primer vestido las plantas fueron convertidas en eficientes costureras, mientras que el segundo convirtió mi cuerpo en paisaje en una experiencia que mutó del asco al disfrute. Dos vestidos habla de la importancia de la dirección en el acercamiento al otro: la aproximación del otro hacia lo antrópico (implícita en el concepto de servicios ecosistémicos), o, por el contrario, la disponibilidad de ir (o incluso ser) más allá de lo humano, pese a la incomodidad inicial.
En Procesos del Plantoceno (2018-), profundizo en el ejercicio de delegar el protagonismo en los no humanos. Mi papel deviene el de iniciadora de procesos orgánicos en los que intervienen agentes no controlados, que generan una serie de paisajes mutantes parahumanos.
Imagen 3. Paula Bruna, Dos vestidos (2018). Fotógrafa: Laura Mir Sanjuán. (https://justsayyes.org/)
Conclusiones
Superar el capitalismo imperante, comprender la ecosfera y tender hacia la coexistencia ecológica requiere un cambio radical en las subjetividades humanas que implica abandonar nuestro protagonismo hegemónico e incorporar las realidades subjetivas de los no humanos. Los proyectos analizados afrontan este reto cediendo el protagonismo al no humano y dándole voz en la construcción de la(s) historia(s). Estos proyectos demuestran, además, que una aproximación profunda al no humano conlleva inevitablemente cierta desantropomorfización del propio humano: Petrič se convierte en progenitora de entidades vegetales-humanas; Haapoja y Gustafsson se meten en la piel del ganado, y yo devengo paisaje.
Como demuestran los ejemplos expuestos, el uso de una narrativa especulativa, dotada de cierta base científica que le otorga credibilidad, resulta determinante para poder trascender los límites humanos y adentrarse en otras realidades. Por su parte, la práctica artística ofrece experimentar esa realidad alternativa como posible. Así, la combinación de narrativas especulativas y prácticas artísticas permite aproximarse a aquello que está más allá de lo humano y experimentarlo, lo que le confiere un gran potencial transformador de las subjetividades hacia cosmovisiones posantropocentristas y otras maneras de (co)habitar los sistemas ecológicos.
Referencias
Brassier, R., I. H. Grant, G. Harman, y Q. Meillassoux, 2007. “Speculative Realism”. Collapse III, pp. 306–449.
Bruna, P., s. f. Plantoceno. Disponible en: https://paulabruna.com/plantoceno/, consultado el 20 de marzo de 2019.
Demos, T. J., 2016. “Animal cosmopolitics: the art of Terike Haapoja”. The Center for Creative Ecologies, agosto. Disponible en: https://creativeecologies.ucsc.edu/demos-haapoja/, consultado el 20 de marzo de 2019.
Guattari, F., 2000. The three ecologies. Londres y New Brunswick, Athlone Press.
Gustafsson, L., y T. Haapoja, s. f. Gustafsson & Haapoja. Disponible en: http://www.gustafssonhaapoja.org/, consultado el 20 de marzo de 2019.
Haraway, D. J., 2016. Staying with the trouble: making kin in the Chthulucene. Durham y Londres, Duke University Press.
Morton, T., 2016. Dark ecology. For a logic of future coexistence. Nueva York, Columbia University Press.
Parker, T., 2017. “Reframing ecological thinking; Felix Guattari, subjectivity and film”. Bristol Society and Space. Disponible en: https://bristolsocietyandspace.com/2017/08/18/reframing-ecological-thinking-felix-guattari-subjectivity-and-film/, consultado el 20 de marzo de 2019.
Petrič, Š., s. f. Špela Petrič. Life in the terratope. Disponible en: https://www.spelapetric.org, consultado el 20 de marzo de 2019.
Schweiger, R. J., 2017. Posthumanism in late soviet science fiction: a posthuman reading of Solaris (1961), Roadside picnic (1971), Solyaris (1972), and Stalker (1979). Russian and Eurasian Studies Leiden University. Disponible en: https://openaccess.leidenuniv.nl/handle/1887/45799, consultado el 20 de marzo de 2019.
Von Trier, L. (dir.), 2011. Melancolía. Película.
Weerasethakul, A. (dir.), 2010. Uncle Boonmee who can recall his past lives. Película.
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* Facultad de Bellas Artes. Universidad de Barcelona. E-mail: pbp1278@gmail.com.
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[1] El realismo especulativo (Brassier et al., 2007) nace como reacción al antropocentrismo de la filosofía contemporánea que circunscribe a los humanos el acceso a la realidad. Otras corrientes dentro del posthumanismo, como el nuevo materialismo o la ontología orientada a objetos, coinciden en cuestionar la relación humano – no humano, rechazar la superioridad del ser humano y desafiar el orden antropocéntrico que sitúa a los humanos como maestros y centro del planeta.
[2] El Chthuluceno es una era caracterizada por las interacciones multiespecíficas y agencias colaborativas. Ocurre en un espacio-tiempo inexorable, y está lleno de relatos sobre relaciones entre múltiples especies para lograr una supervivencia colaborativa (Haraway, 2016).
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