- Green Planets. Ecology and science fiction
- Gerry Canavan y Kim Stanley Robinson (editores)
- Editorial: Wesleyan University Press, Middletown
- Año: 2014
- Páginas: 295
- Idioma: inglés
- Crítica de libro: Miquel Ortega Cerdá*
Palabras clave: Nueva Jerusalén, Arcadia, Un mundo feliz, El señor de las moscas
Key words: New Jerusalem, Arcadia, Brave new world, Land of the flies295
Los trece artículos, el prefacio y el epílogo que forman este libro exploran la relación entre la ciencia ficción y el medio ambiente a partir de dos ideas básicas. La primera es que las obras de ciencia ficción son narraciones realizadas con diferentes medios expresivos que proyectan hacia el futuro distorsiones de la realidad en la que se crean, y por tanto reflejan el contexto social y las preocupaciones sociales, económicas y ecológicas del momento. La segunda idea es que la ciencia ficción permite establecer una discusión sobre cómo y dónde vivimos ahora. (https://www.riverbendresort.us)
Opta, por tanto, por una visión abierta de lo que considera como ciencia ficción, y huye de otras definiciones en función del grado de fidelidad a las leyes científicas, la centralidad de las tecnologías en la narrativa o el nivel de fantasía incorporada en las historias.
Este libro es un excelente punto de entrada a la ciencia ficción para quienes estén interesados por la ecología política, sobre todo si disponen de un cierto bagaje teórico. No requiere una base tecnológica ni científica para disfrutarlo, y está compuesto por artículos muy diversos y autónomos, así que pueden leerse en el orden que se desee.
Un primer bloque de artículos analiza cómo determinados autores de referencia en la ciencia ficción tratan algunos conceptos de interés para la ecología política, como por ejemplo las visiones sobre las extinciones y los exterminios y el optimismo ecológico de H. G. Wells; la relación de algunos textos de Ursula Le Guin con el taoísmo o la ecología, y una reflexión sobre la ecología y el pensamiento ecológico a partir de la más reciente película Avatar, entre otros temas.
Un segundo bloque de artículos se centra en cómo diferentes grupos de autores tratan determinados conceptos ecológicos. Por ejemplo, los artículos sobre la visión de la crisis ecológica contemporánea que tienen los autores de ciencia ficción de Sudáfrica; o las invasiones biológicas y su vinculación con el imperialismo ecológico en la ciencia ficción new wave de finales de los años sesenta e inicios de los setenta.
Si bien la diversidad de los autores enriquece el contenido del libro, de esta diversidad también nace su principal problema: también es variable el nivel de conocimientos previos y fundamentos teóricos necesarios para poder disfrutar los artículos. Algunos no son aptos para aquellos que no tengan unos conocimientos previos de política ambiental y pensamiento ecológico. Por suerte, la estructura autónoma de los artículos permite obviar los más complejos, si es necesario.
Todos los artículos aportan ideas de interés, pero dos de ellos son, a mi entender, de lectura imprescindible: la excelente introducción de Gerry Canavan, y el diálogo de cierre entre este y Kim Stanley Robinson.
La introducción de Gerry Canavan da coherencia a todo el libro. Parte de la propuesta de Samuel R. Delany (1990. “On Tritton and other matters”. Science Fiction Studies, 17 (3), pp. 295-324) que a su vez bebe de Auden, para señalar que es posible concebir dos grandes visiones de modernidad, cada una con una cara oscura. Por un lado, podemos imaginarnos en un futuro como ciudadanos de una Nueva Jerusalén, una superciudad tecnológica donde todo está ordenado y la ciencia ha solucionado los problemas. Pero también podemos imaginarnos como miembros de una Arcadia: un sitio maravilloso donde los alimentos son ecológicos, las tecnologías son comprensibles y fácilmente reparables por uno mismo, la contaminación no existe, siempre llueve a gusto de todos y los pájaros cantan.
Pero cada una de las visiones tiene su cara oscura. La cara oscura de Nueva Jeruslaén es Un mundo feliz la sociedad en la que la tecnología sirve para controlar el alma de los ciudadanos, las máquinas acorralan a la humanidad y aíslan a las personas de la naturaleza. La cara oscura de Arcadia es El señor de las moscas donde la relación romántica y armónica con la naturaleza es sustituida por el hambre, las enfermedades, los cataclismos, las inundaciones, las supersticiones o la muerte.
Entre estas dos visiones (y sus respectivas caras oscuras) han navegado todos los autores de ciencia ficción y sus obras maestras durante décadas: la rompedora Frankenstein de Mary Shelley; los textos iniciáticos de H. G. Wells; los clásicos de la edad de oro de la ciencia ficción, como los de Asimov o Arthur C. Clarke; las distopías de los años cincuenta, como Un mundo feliz, 1984 o Farenheit 451; las visiones new wave (o soft science fiction) predominantemente femeninas de los sesenta y setenta; el ciberpunk y el posciberpunk de los años ochenta y noventa de autores tan diversos como Greg Egan o Patricia Cadigan, y las visiones más optimistas y recientes del solarpunk contemporáneo.
Es por ello que, de acuerdo con la propuesta de Samuel R. Delany, Gerry Canavan agrupa todos los textos del libro en dos grandes bloques. Por un lado, Arcadias y Nuevas Jerusalén; por el otro, Un mundo feliz y El señor de las moscas. Así consigue una sensación de conexión entre los diferentes análisis aportados.
Por otra parte, el diálogo final entre ambos editores es un justo epílogo para el libro. En él se exploran las relaciones entre la ciencia ficción y los conceptos de crisis (tan presentes en los discursos de ecología política: crisis climática, crisis civilizatoria, etc.) y utopía, y también la relación entre la ciencia ficción y las economías fuera de mercado. Todo ello, a través de un recorrido muy rico de autores y obras de ciencia ficción.
Se trata, pues, de un libro ameno en el que se enlazan exitosamente el futuro, el pasado y el presente a través de análisis bien fundamentados. Un libro que ayuda a pensar en el nexo entre conceptos que la tradición ha fragmentado equivocadamente, como los de ciencia, arte, política, economía, sociedad capitalista, búsqueda de la justicia, los sueños y las realidades.
A mi entender, sin ser doctrinario, el libro muestra, a través de sus artículos, cómo la ciencia ficción es una herramienta útil para la transformación social, y en particular para generar dinámicas críticas que ayudan a promover cambios sociales en la línea de los propuestos por la ecología política.
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* Fundació ENT. E-mail: mortega@ent.cat.
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