Editorial: Simon & Schuster
Año: 1991
Páginas: 832
Idioma: inglés
ISBN: 9780671666088
Crítica del libro: Jing Hu*
DOI: doi.org/10.53368/EP60MACclw01
Palabras clave: decolonialidad, modernidad, imaginación literaria, Almanac of the Dead
Keywords: decoloniality, modernity, literary imagination, Almanac of the Dead
Imagen: Portada de Almanac. Fuente: Captura de pantalla de Almanac of the Dead, versión E-Kindle, Simon & Schuster.
Un reto imaginario planeado por la decolonialidad
El sociólogo Aníbal Quijano (2000) describió la idea de Latinoamérica tras la descolonización de los siglos xviii y xix como un espejo «occidental» que distorsiona aquello que refleja, pues la «nueva» identidad latinoamericana, pese a configurarse como independiente, presentaba una dependencia epistemológica eurocéntrica. Walter D. Mignolo (2011) arguye que la matriz del poder colonial se sustenta en dos pilares: la colonialidad de saber y ser, y la colonialidad política y económica. Esta matriz del poder colonial estructura la modernidad y el orden capitalista mundial. Ambos pretenden implementar una decolonialidad, es decir, desmantelar la práctica y la epistemología eurocéntrica necesaria para la verdadera liberación latinoamericana.
El paralelismo de la explotación de la naturaleza y de los seres humanos de América es inherente a la colonialidad. La crisis ecológica y la desigualdad social son síntomas de la euromodernidad. El ambientalismo popular latinoamericano, según Arturo Escobar (2005), no solo ofrece una inspección ecológica de la tarea decolonial, sino que también cuestiona la euromodernidad en su totalidad. Así, se trata de un movimiento socioambiental que posibilita un pluriverso formado por diversos mundos con sus respetivas formas de ser, existir y pensar (Escobar, 2020). El activismo socioambiental, en consecuencia, es la continuación de la revolución latinoamericana (Machado Aráoz, 2015).
Dada la colonialidad y su interrelación con el ambientalismo, la praxis ambientalista decolonial requiere, primero, destruir el «espejo» europeo donde se refleja la imagen distorsionada de Latinoamérica. Propongo, para ello, un esfuerzo literario-imaginativo: necesitamos conjeturar con atrevimiento y pensar lo imposible. Aquí reside la importancia de la ficción. Como apunta la ecocrítica Carmen Flys Junquera (2019), la ficción nutre la capacidad imaginativa y proporciona alternativas de vida. Los economistas Lewis et al. (2008) proponen que el consumo y la producción de ficciones mejoran nuestra percepción sobre el conocimiento, y así motivan decisiones y acciones positivas. La imaginación revolucionaria de la autora nativa estadounidense Leslie Marmon Silko en su novela Almanac of the Dead («Almanaque de los muertos»),[1] publicada en 1991, es un buen ejemplo del artivismo ecologista decolonial,[2] ya que, como se verá a continuación, su narrativa es representativa de problemas de justicia ambiental contemporáneos que afectan a comunidades indígenas. Así, la recuperación de su prosa puede tomar en la actualidad una función inspiradora a la hora de elaborar estrategias inclusivas en el campo del ambientalismo.
Almanac ha sido tradicionalmente elogiada por anticipar el levantamiento zapatista de la Selva Lacandona del estado mexicano de Chiapas en 1994. En esta obra, Silko inventa un Ejército de Justicia y Redistribución liderado por tribus chiapanecas muy similar al de la sublevación zapatista que tuvo lugar en el mundo real —El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)—, que ha capitaneado un movimiento prodemocrático y proderechos indígenas en la región. Esta praxis decolonial también puede considerarse ambientalista, pues reivindica la protección de los recursos naturales ante la expansión neoliberal. El levantamiento imaginado por Silko encarna esta dualidad: exige la autodeterminación indígena y la recuperación de las tierras americanas para redistribuirlas entre las comunidades comprometidas a respetar a la Madre Tierra (Silko, 1992: 518). Si la praxis decolonial del EZLN pretende devolver el control de México a su ciudadanía, el proyecto político maya en Almanac es más radical, pues incluye propuestas como alternativas estructurales a la democracia representativa, la incorporación del sujeto no humano a la agenda política, la deconstrucción del antropocentrismo en la ontología política convencional y un sentido de política de coalición apoyado en el internacionalismo tribal que rete al marco mundial interestatal. Al imaginar una revolución radical, Silko indigeniza la modernidad eurocéntrica impuesta en las naciones colonizadas.
Indigenizar la democracia representativa
En Almanac, Silko defiende una democracia basada en una participación política igualitaria. El comité popular del ejército que protagoniza la trama lo forman todos los miembros de dos clanes mayas y cada decisión se vota a mano alzada (Silko, 1992: 525). Pese a que se elige a Angelita La Escapía como capitana, el rango militar que se le otorga sirve en exclusiva para asuntos relacionados con las relaciones exteriores, puesto que en el interior de la familia, el clan o el pueblo ninguna voz tiene más peso que otra (Silko, 1992: 310). La democratización indigenista en Almanac se fundamenta en el abandono de la epistemología eurocéntrica.
Quijano (1992: 19) llama a deconstruir el saber eurocéntrico en la tarea decolonial: «Es la instrumentalización de la razón por el poder, colonial en primer lugar, lo que condujo a paradigmas distorsionados de conocimiento y malogró las promesas liberadoras de la modernidad». En Almanac, se recurre al personaje de Bartolomeo con el fin de revelar esta epistemología eurocéntrica, pues, para llevar a cabo su proyecto revolucionario, los indígenas piden soporte logístico al Partido Comunista cubano. Este, a su vez, asigna a Bartolomeo como asesor del ejército maya. Sin embargo, este acaba por adoptar comportamientos profundamente racistas, ya que discrimina a sus camaradas mayas al considerarlos seres primitivos. Además, interfiere en los asuntos del día a día de la tribu al dar órdenes «por todos los lados» (Silko, 1992: 515). Encarna, por tanto, las características del eurocentrismo y el intervencionismo desde posiciones antiliberalistas. No obstante, recibe el rechazo de la tribu, que, tras una votación, lo condena a muerte y, de este modo, desmantela simbólicamente la epistemología eurocéntrica que este representa.
Indigenizar la ontología política antropocéntrica
En Almanac, una de las metas del Ejército de Justicia y Redistribución es defender la naturaleza. Para ello, otro líder de la tropa maya, Tacho, promulga una religión tribal que venera a la Madre Tierra y que acepta a cualquier converso comprometido con la defensa del medioambiente. Según Tacho, «los conversos eran siempre bienvenidos» y «la Madre Tierra acogía el alma de todo aquel que la amara» (Silko, 1992: 736). Este movimiento religioso representa la puesta en marcha de la cosmopolítica indígena, la cual, como señala la antropóloga Marisol de la Cadena (2020), articula las cosmovisiones divergentes en el ámbito político. Un ejemplo pragmático al respecto es la incorporación de los seres no humanos en la Constitución de la República del Ecuador 2008 y la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra. En Almanac, al incluir la consigna de «proteger la Madre Tierra de la destrucción» como meta revolucionaria (Silko, 1992: 518), los rebeldes mayas llevan a cabo el desempeño de esta cosmopolítica indígena.
Por otra parte, la religión maya fomenta el desaprendizaje de los valores antropocéntricos. En Almanac, Tacho organiza una peregrinación desde Chiapas hasta la frontera con Estados Unidos. Según Tacho, «solo era necesario caminar con la gente y abandonar todas las grandes comodidades y todo lo europeo; pero la recompensa sería la paz y armonía con todas las cosas». Continúa Tacho: «Todo lo que tenían que hacer era volver con la Madre Tierra. No más explosiones, perforaciones o quemas» (Silko, 1992: 710). En su llamamiento, Tacho reivindica abandonar los valores antropocéntricos y las actividades perjudiciales para la naturaleza. Al apoderarse de la teología tribal, cuyo lenguaje es la sacralidad de la Madre Tierra, Silko pretende fomentar una moralidad ecodependiente.
Pluralizar el marco mundial interestatal
En la obra, la tropa maya aplica el internacionalismo tribal como política de coalición (Silko, 1992: 515) en tres aspectos fundamentales. Primero, el tribalismo actúa como referencia del indigenismo americano, pues el ejército maya establece coaliciones con apaches, yaquis, esquimales, indios guatemaltecos y hondureños. Con este internacionalismo tribal, configurado por las tribus indígenas como legítimas entidades políticas de agencia transnacional, Silko pluraliza el orden mundial dependiente del estatismo y revindica la autodeterminación indígena. En segundo término, el ejército maya siembra alianzas con los pueblos colonizados del resto del planeta; así, el internacionalismo tribal de Silko puede entenderse como una praxis decolonial a nivel global. Por último, bajo la racionalidad eurocéntrica que presenta una visión lineal y jerárquica del desarrollo de la sociedad humana, el término tribu es la antítesis de la modernidad, la civilización y el desarrollo. En consecuencia, esta política se revela como un reto metafórico contra la concepción eurocéntrica de la modernidad, apoyada en una supuesta «madurez» política, social y económica.
El título del último capítulo, «Un Mundo, muchas Tribus» (Silko, 1992: 707), rompe con las injusticias del sistema establecido por la matriz colonial de poder. La revolución indígena promete un día en el que «todos los muros caerán» (Silko, 1992: 617). Estos «muros» simbolizan la mentalidad dualista que construyen los falsos binarios europeo/no-europeo, moderno/tradicional, civilizado/salvaje, desarrollo/subdesarrollo y humano/natural. Al imaginar su derrumbe, Silko defiende la necesidad de una deconstrucción de la mentalidad dualista, exige la justificación de las diferentes racionalidades y revindica la articulación de cosmovisiones multiétnicas. Es aquí donde yace la verdadera liberación humana.
Conclusiones
La praxis de la autodeterminación, la cosmopolítica indígena y el internacionalismo tribal de los personajes mayas en Almanac proponen una alternativa a la modernidad, sobre todo en lo relativo a la coordinación de las relaciones entre los seres humanos, el mundo natural y los diversos grupos sociales. La imaginación revolucionaria de Silko tiene una base ideológica radical y se puede interpretar como un intento de romper el espejismo eurocéntrico y reconstruir una nueva «modernidad» con valores indígenas. El nombre del Ejército de Justicia y Redistribución es ilustrativo de la praxis ecologista decolonial. Con justicia, Silko se refiere a una justicia de base social y ecológica que, como exige la revolución maya del libro, implique una redistribución de poder, recursos naturales y racionalidad.
Originalmente publicada en 1991, Almanac plantea los temas políticos puestos en la agenda revolucionaria del levantamiento zapatista, que según Escobar (2020) encarna el pensamiento autonómico y el pensamiento de la Tierra. La reivindicación de la autonomía, el gobierno del territorio, la comunidad y la liberación de la Madre Tierra configuran la imaginación revolucionaria de Silko. En la actualidad, las luchas ecoterritoriales de los pueblos indígenas mesoamericanos, como las resistencias mayas contra el proyecto de infraestructura del Tren Maya y el Parque Fotovoltaico Yucatán, continúan los principios políticos revelados en Almanac. Con el título Almanac of the Dead, Silko hace referencia a un quinto códice maya ficcional donde se registran las historias individuales de sus sucesivos poseedores desde la época precolombina hasta la actualidad. Este códice ficticio de la civilización mesoamericana simboliza la historia, la identidad y el imaginario revolucionario de los pueblos americanos y arraigados en Abya Yala.
Referencias
De la Cadena, M., 2020. «Cosmopolítica indígena en los Andes: reflexiones conceptuales más allá de la “política”». Tabula Rasa, 33, pp. 273-311.
Escobar, A., 2005. Más allá del Tercer Mundo. Globalización y diferencia. Bogotá, Instituto Colombiano de Antropología e Historia.
Escobar, A., 2020. Pluriversal Politics: The Real and the Possible. Durham, Duke University Press.
Junquera, C. F., 2019. «El poder de la imaginación literaria». (www.hitc.com) Ecología Política, 57, pp. 16-23.
Lewis, D., D. Rodgers y M. Woolcock, 2008. «The Fiction of Development: Literary Representation as a Source of Authoritative Knowledge». The Journal of Development Studies, 2 (44), pp. 198-216.
Machado Aráoz, H., 2015. «Ecología política de los regímenes extractivistas: de reconfiguraciones imperiales y re-ex-sistencias decoloniales en nuestra América». Bajo el Volcán, 23, pp. 11-51.
Mignolo, W., 2011. The Darker Side of Western Modernity: Global Futures, Decolonial Options. Durham, Duke University Press.
Quijano, A., 1992. «Colonialidad y modernidad/racionalidad». Perú Indígena, 29 (13), pp. 11-20.
Quijano, A., 2000. «Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina». En: E. Lander (comp.), La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Buenos Aires, Unesco-Clacso, pp. 201-246.
Silko, L. M., 1992. Almanac of the Dead: A Novel. Nueva York, Penguin Books.
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* Doctoranda en Estudios Norteamericanos, Instituto Franklin, Universidad de Alcalá. E-mail: jing.hu@edu.uah.es.
[1] Puesto que la novela no está traducida, las citas y el título son mis traducciones. En el resto del análisis se utiliza Almanac para referirse a la novela.
[2] El neologismo, que combina «arte» y «activismo», destaca que el arte es una forma del activismo social y un medio político.
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