J. Aniol Esteban y Rupert Crilly*
INTRODUCCIÓN
La pesca juega un papel clave en la salud y el bienestar humano; es una pieza elemental de la alimentación global y aporta una quinta parte de la proteína animal consumida en el mundo. Pero nuestros océanos tienen una biocapacidad limitada; en consecuencia el consumo de pescado global debe estar dentro de los límites de esta biocapacidad.
A escala global y aparte de una pérdida de empleo y fuente de alimentación, la sobreexplotación del recurso pesquero significa una pérdida de ‘rentas’ equivalente a la diferencia entre el beneficio económico que se obtiene actualmente respecto a lo que se podría obtener si el stock estuviera en buen estado(1). El Banco Mundial estima la pérdida de rentas debido a la sobrepesca global en 50.000 millones de dólares al año (World Bank, 2008).
La UE tiene aguas ricas y productivas con el potencial de garantizar a largo plazo una provisión estable de pescado, empleo y múltiples beneficios económicos y sociales, siempre y cuando los caladeros se gestionen de forma sostenible. Pero años de mala gestión pesquera y sobreexplotación han reducido la biocapacidad de sus aguas.
CALADEROS A LA BAJA
Los caladeros de la UE producen menos pescado del que podrían proveer si estuvieran gestionados de forma sostenible. Se estima que un 72% de los stocks de pesca analizados por los organismos científicos oficiales están sobreexplotados y más de un 20% están en riesgo de colapso.
Las capturas de pescado en la UE se han ido reduciendo paulatinamente desde 1993 a un ritmo de un 2% por año; casi todos los caladeros demersales se han reducido en los últimos años y en el Atlántico Noreste y el Mediterráneo se han reducido un 30% durante la última década (Comisión Europea, 2008). El volumen de pescado producido en la UE (pesca y acuicultura) se redujo un 33% entre 1995 y 2007 principalmente debido a una reducción en la capturas en aguas europeas(2).
El problema no es únicamente europeo: según las Naciones Unidas y la FAO (Food and Agriculture Organisation) un 53% de los caladeros globales están siendo explotados a su capacidad máxima; un 32% de los stocks están sobreexplotados o agotados (FAO, 2010) y solo un 15% de los stocks podrían soportar un incremento en el nivel de capturas(3).
Otros estudios (Worm et al., 2006) sugieren que en el 2003 un 27% de los caladeros habrían entrado en colapso, lo cual quiere decir que las capturas anuales se habían reducido a menos del 90% de la máxima captura histórica. Si la misma tendencia continuara sin hacer nada al respecto se estima que la totalidad de los stocks de pesca comerciales entraría en colapso antes del 2050 (Worm et al., 2006).
CONSUMO AL ALZA
La reducción de productividad de los stocks de pesca europeos producida durante los últimos años ha coincidido con un aumento del consumo de pescado en la UE. Éste se mantiene muy por encima de lo que la UE puede producir. En 2007, el volumen total de capturas en aguas europeas —poco mas de 4 millones de toneladas— (4) representa únicamente un 38% del total de pescado consumido (más de 10,7 millones de toneladas)(5).
Cada ciudadano europeo consume una media de 22,1 kg de pescado6 al año;7 un 29,4% más que los 17,1 kg de media global. Portugal (61,6 kg per cápita), España (44,8 kg), Lituania (37,6 kg), Francia (34,2 kg) y Finlandia (31,70 kg) tienen los niveles de consumo más alto de la UE.8 El consumo de estos cinco países en su conjunto representa el 37% del total del pescado consumido en la UE(9).
Más allá de los volúmenes actuales la tendencia es preocupante: entre 1961 y 2005 todos los países de la UE incrementaron el consumo de pescado con la excepción de Portugal y Reino Unido.10 Francia, Alemania, España, Finlandia y Holanda, por ejemplo, incrementaron su consumo entre 50 y 100%. En otros países el consumo creció aún más rápido: Italia (108%), Irlanda (217%) y Chipre (304%) son algunos ejemplos (FAO, 2007).
A nivel mundial el consumo de pescado ha crecido a un ritmo de un 3,6% por año entre 1961 y 1997.11 Desde entonces el crecimiento en consumo de pescado se ha frenado,12 pese a ello en 2008 el consumo de pescado alcanzó su record histórico con 17,1kg per cápita (FAO, 2010). Cabe esperar que el crecimiento de población, y los 9,000 millones de habitantes previstos para antes del 2050, incremente la presión sobre los caladeros de pesca (UN Secretariat — Department of Economic and Social Affairs, 2009).
CRECIENTE APROVISIONAMIENTO DE AGUAS NO EUROPEAS
Con unos caladeros cada vez menos productivos, la UE ha podido mantener e incrementar el consumo de pescado gracias al aprovisionamiento de pescado no europeo. Esto se ha realizado mediante la flota europea exterior que opera en aguas internacionales y de otros países, y a través de un incremento en el volumen de importaciones de países no UE. La reducción en el volumen de capturas se ha compensado con una mayor importación, tal como muestra la figura 1.
En 2006 la flota europea exterior contaba con 718 embarcaciones respecto al total de 88.000 embarcaciones que conforman la flota europea. A pesar de su reducido número, esta flota representa casi una cuarta parte de la capacidad total de la flota europea en tonelaje de registro bruto. Cabe destacar que aunque el pescado capturado proviene de la zona de exclusividad económica de otros países (EEZ) y de aguas internacionales, la normativa de origen dicta que este pescado es producto europeo.
Entre 2001 y 2005 el volumen de capturas de la flota exterior osciló entre 1,06 y 1,2 millones de toneladas (Comisión Europea, 2008) lo que representa entre un 19 y un 21% del total de capturas de la flota europea (13). España —que cuenta con la mitad de la flota en número embarcaciones— Francia, Portugal, Italia, Letonia y Lituania son los países con mayor representación en la flota exterior europea (Comisión Europea, 2008).
El volumen de pescado importado ha crecido respecto a las exportaciones. En 2006 se importaron 4 millones de toneladas más de pescado de las que se exportaron(14). Este déficit creció hasta 4,3 millones en 2007. En términos de valor monetario la UE importó pescado por un valor de 23.000 millones de dólares, un 11% más que en 2006 (FAO, 2008). Datos de la UE (15) muestran que el volumen de importaciones representan entre el 57-59% del pescado consumido (incluyendo productos acuícolas de origen europeo). (Xanax) Si descontamos los productos acuícolas este porcentaje oscila entre el 65 y 67% (16). La producción acuícola de la UE proporciona menos de un 13% del pescado consumido en la UE.
LOS LÍMITES DE LA ACUICULTURA
La acuicultura ha tenido un impacto significativo sobre nuestro patrón de consumo. Conforme se han ido explotando los caladeros, la producción acuícola ha ido subiendo. Una tendencia similar se observa en la UE hasta 1997; a partir de entonces la producción acuícola se estabiliza entorno a los 1,25-1,28 millones de toneladas.17 Cinco naciones (España, Francia, Italia, Reino Unido, Grecia) generan el 76% de toda la producción acuícola en la UE.
La acuicultura a menudo se presenta como una solución a la sobrepesca; se espera que la expansión de este sector compensará la reducción en capturas de pescado, pero hay dos motivos principales por los cuales su potencial es limitado.
En primer lugar, la acuicultura marina (ej. dorada, lubina, etc.) depende de pescado salvaje para la producción de piensos; lo cual puede llevar a una mayor presión sobre ciertos caladeros. La solución pasa por cultivar especies no carnívoras o de bajos niveles tróficos como moluscos (ej. mejillones) y la producción de piensos que no requieran pescado.(18)
En segundo lugar, la producción acuícola puede conllevar una serie de impactos ambientales que van desde la introducción de especies invasoras a impactos ambientales derivados de especies modificadas genéticamente, enfermedades, impactos sobre el hábitat y contaminación.
La acuicultura contribuye a la provisión de pescado a nivel global y tiene un rol para conseguir una mejor gestión de los caladeros pero su impacto es muy limitado en el caso de especies carnívoras. Sin una mejora de los caladeros el potencial de crecimiento para el sector acuícola solo será posible a través de especies no-carnívoras o muy eficientes en la conversión de recursos.
Seguir con la tendencia actual podría llevar al agotamiento de los caladeros y a una gradual sustitución de pescado salvaje por molusco de granja. De hecho la progresión de la acuicultura en Europa parece seguir este patrón. A lo largo de los últimos años la disminución de capturas salvajes se ha ido compensando con un crecimiento del sector acuícola, en el cual más del 80% de la producción corresponde a moluscos.
MÉTODOS
Para ilustrar la dependencia de la UE de pescado de países no europeos calculamos los niveles de auto-suficiencia para todos los países de la UE; y los convertimos en una fecha de calendario: el día de la dependencia de pescado (Fish dependence day).
El nivel de auto-suficiencia es el cociente entre la producción doméstica y consumo doméstico:
En producción doméstica incluimos todo el pescado y marisco que un país produce en su territorio nacional. Un país que produzca más cantidad de lo que consume es un país autosuficiente y tendrá un cociente igual o mayor a 1.00. Un cociente menor de 1.00 quiere decir que el país es dependiente de recursos de aguas no europeas para satisfacer su demanda de pescado.
Comparando los niveles de auto-suficiencia durante los últimos años podemos analizar si estos aumentan o disminuyen, es decir, si la dependencia de pescado extranjero disminuye o aumenta.
La autosuficiencia de un país (o de la UE en su conjunto) varía en función de los cambios en la producción respecto al nivel de consumo. Si la producción crece más rápido que el consumo, el nivel de autosuficiencia incrementa (la dependencia de pescado extranjero disminuye) y viceversa. La producción cambia en función del volumen de capturas en aguas europeas, y la producción acuícola.
El nivel de autosuficiencia se puede representar como una fracción de un año y convertirse en una fecha determinada —el día de la dependencia de pescado no europeo— la fecha en la que un país habría consumido la producción total doméstica anual si solo consumiera pescado capturado o cultivado en su territorio nacional.
Por ejemplo, un nivel de autosuficiencia de 0,4 quiere decir que —al nivel de consumo actual— la producción doméstica de pescado cubre 146 días (365 x 0,4) del año, hasta el 26 de mayo. A partir de esta fecha y hasta el final del año el país depende de recursos de países no europeos. Los países cuyo día de dependencia del pescado cae más pronto son más dependientes de pescado no europeo, menos autosuficientes.
Para calcular los días de la dependencia de pescado de todos los países de la UE seguimos los siguientes pasos:
1) Cálculo de la producción doméstica: suma de todas las capturas de un país en aguas europeas y la producción acuícola.
2) Cálculo del consumo doméstico: suma de todas las capturas (dentro y fuera de la UE) + producción acuícola + exportaciones + importaciones.
3) Autosuficiencia: cálculo del ratio entre producción doméstica o consumo doméstico.
4) Días de la dependencia de pescado: conversión del nivel de autosuficiencia a número de días del calendario, encontrando la fecha correspondiente.
RETOS METODOLÓGICOS
A pesar de que todos los datos provienen de fuentes oficiales como FAO, Eurostat o de la Comisión Europea, estos tienen varias limitaciones que afectan a la calidad de los resultados. En particular, la falta de información sobre dónde se han realizado las capturas. Para calcular los niveles de autosuficiencia, tal como se ha descrito anteriormente, hace falta información sobre la distribución de capturas de un país entre aguas nacionales, europeas, no europeas e internacionales. Esta información ahora mismo no está disponible o es muy difícil de obtener.
En consecuencia, el volumen de capturas en aguas nacionales se calculó de la siguiente forma:
Capturas totales (dentro y fuera de la EU) + producción acuícola – capturas fuera de la UE
El volumen de capturas fuera de la UE por países se calculó atribuyendo una proporción de las capturas no UE a cada país en función del tamaño de su flota exterior; excepto en aquellos países para los cuales se ha podido obtener esta información directamente de organismos oficiales, como es el caso de España y Francia.
RESULTADOS
Los resultados (Tabla 1) muestran que la producción doméstica de pescado en la UE27 cubre un 50% del consumo actual; y que en nivel de autosuficiencia se ha ido reduciendo desde su formación, o lo que es lo mismo, que hay una creciente la dependencia de pescado no extranjero. La misma tendencia se observa en la UE(15), cuyos niveles de autosuficiencia se han reducido del 67% en 1990 al 50% en 2006; una reducción de 25% en 17 años.
Los niveles de autosuficiencia varían notablemente entre los diversos estados miembros. Como es de esperar, países sin —o con poco— territorio marino tales como Austria, Eslovenia, Eslovaquia, Rumania tienen niveles de autosuficiencia bajos y pasan a ser dependientes de pescado de fuera de la UE en los dos primeros meses del año. Mientras, Estonia, Letonia, Irlanda y Holanda son autosuficientes y producen más pescado del que consumen.
Sin embargo, hay otros países que ,a pesar de tener acceso a aguas potencialmente muy productivas, muestran unos niveles de autosuficiencia bajo; y pasan a ser dependientes de pescado no extranjero antes de mediados del año como es el caso de Portugal (26 abril), Alemania (27 abril), Italia (30 abril), España (8 mayo), Francia (13 mayo) (Tabla 2). Esto es debido al estado de los caladeros — muchos de los cuales producen por debajo de su potencial — y a niveles elevados de consumo.
Los resultados muestran que desde 1990 ha habido una reducción de los niveles autosuficiencia y una creciente dependencia de pescado no europeo en la mayoría de países europeos y la UE en su conjunto. En solo siete años el día de la dependencia de pescado en la UE27 se ha adelantado un mes — del 4 de agosto al 2 de julio. Al ritmo de consumo actual Europa se quedaría sin pescado el 2 de julio si sus ciudadanos solo consumieran pescado producido en la UE.
Si excluimos la producción acuícola de la producción doméstica, los niveles de autosuficiencia se reducen (Tabla 3) lo cual permite visualizar mejor la tendencia a la baja de los niveles de autosuficiencia en Europa. Sin acuicultura, el día de la dependencia del pescado en la UE27 se adelanta tres semanas — del 2 de julio al 7 de junio — y más de un mes en los principales países productores acuícolas como España, Italia, Francia y Grecia.
DISCUSIÓN
El nivel de autosuficiencia de un país depende de muchos factores: proporción de capturas en aguas exteriores; área y productividad de los caladeros nacionales, consumo de pescado; el balance comercial entre importaciones y exportaciones, y la producción acuícola doméstica.
Países con una flota pequeña o sin acceso a recursos marinos tendrán un volumen de capturas reducido y niveles de autosuficiencia bajos. Países con mayor acceso como España y Portugal potencialmente podrían tener niveles de autosuficiencia elevados pero el alto consumo de pescado y la alta proporción de capturas en aguas no europeas reducen este potencial. Mientras que otros con un volumen de capturas menor principalmente en aguas europeas y con bajos niveles de consumo como Dinamarca e Irlanda tienen niveles de autosuficiencia altos.
La acuicultura incrementa la producción doméstica y en consecuencia mejora los niveles de autosuficiencia, pero esto solo es así cuando existe un beneficio neto en términos de producción. Es decir cuando la cantidad de pescado producido es mayor que la cantidad de pescado que se ha utilizado para producirlo (ej. piensos) al contrario de lo que sucede en la mayoría de las especies marinas como la dorada, la lubina, el rodaballo, o el salmón. En su conjunto, la expansión de este tipo de acuicultura reduciría los niveles de autosuficiencia mientras que la expansión de acuicultura de pescados herbívoros o moluscos la incrementaría.
Los resultados muestran que a pesar de la gran expansión del sector acuícola la inclusión de la producción acuí- cola en nuestros cálculos solo mejora los niveles de autosuficiencia en unas tres semanas para el conjunto de la UE27. Una contribución positiva pero que no ha conseguido frenar la creciente dependencia de pescado no europeo.
IMPLICACIONES
La creciente dependencia de pescado no europeo tiene dos consecuencias muy relevantes: afecta a la seguridad alimentaria en otros países e incrementa la vulnerabilidad de la industria europea.
Seguridad alimentaria en otros países
Una gran cantidad de las importaciones de pescado en la UE proviene de terceros países. A pesar de que el comercio de productos pesqueros y la firma de acuerdos pesqueros podrían aportar grandes beneficios a estos países, esto no siempre es así y en muchos casos estos países no solo no reciben menos beneficios de los que cabría esperar sino que además ven reducida su seguridad alimentaria.
El modelo pesquero y los patrones de consumo actuales transfieren presión pesquera a caladeros de otros países y aguas internacionales, incrementando el riesgo de sobreexplotación y reducción de productividad de un recurso clave para alimentar a su población. Al mismo tiempo existe una transferencia neta de proteína de países pobres a países ricos. En la década que va de 1978/80 a 1988/90, el consumo de pescado per cápita en países industrializados creció entre un 23 y un 27% mientras que en África y América del Sur experimentó una reducción de un 2,9% y 7,9% respectivamente (World Resources Institute,1994). Ambos factores pueden reducir la seguridad alimentaria de países que en muchos casos tienen pocas alternativas de proteína animal.
Vulnerabilidad de la industria pesquera europea
Una menor productividad de los caladeros europeos es sinónimo de más riesgo para la industria pesquera. Hay menos empleo para pescadores, y los costes de captura se incrementan debido al mayor esfuerzo pesquero — y consumo de fuel — necesarios para capturar la misma cantidad de pescado de lo que haría falta si el stock estuviera en buen estado. Se estima que una embarcación de arrastre en Reino Unido hoy en día utiliza 17 veces más esfuerzo para descargar la misma cantidad de pescado que hace 118 años (Thurstan, 2010).
La más que probable subida de precios en el combustible acentuará aun más esta tendencia; además incrementará los costes del aprovisionamiento exterior haciendo el transporte más caro y la flota exterior europea más inviable económicamente. La mejor forma de reducir la vulnerabilidad de la industria europea a estos shocks pasa por mejorar la productividad de las aguas europeas restaurando los stocks a su máxima capacidad.
CONCLUSIONES
La Unión Europea y la mayoría de los estados miembros han incrementado la dependencia de pescado no europeo para satisfacer el nivel de consumo actual.
La UE cuenta con mares ricos en recursos y potencialmente muy productivos. La creciente dependencia de pescado exterior es el resultado de la pérdida de productividad de sus caladeros combinado con una mayor demanda de pescado.
Esto tiene graves implicaciones para la seguridad alimentaria de países terceros y el futuro de la industria pesquera europea. En un contexto de crecimiento poblacional global y de recursos limitados, el modelo pesquero y el patrón de consumo actual de la UE son insostenibles.
La reducción de autosuficiencia no es un problema inevitable sino la consecuencia de la mala gestión de los recursos pesqueros europeos y los patrones de consumo de sus ciudadanos. La acuicultura ha jugado un papel muy modesto en la reducción de la dependencia de pescado exterior.
La restauración de los caladeros europeos y la moderación del consumo son clave para reducir la dependencia de pescado exterior.
REFERENCIAS
COMISIÓN EUROPEA (2008), Study on the European External Fleet. Contract FISH/2006/02 final report. Ver: ec.europa.eu/ fisheries/publications/studies/external_fleet_2008_en.pdf
FAO (2007), Future Prospects for Fish and Fishery Products. 4. Fish consumption in the European Union in 2015 and 2030. Food and Agriculture Organization of the United Nations. Ver: ftp.fao.org/docrep/fao/010/ah947e/ah947e.pdf
FAO (2008), Half of world fish trade sourced from developing countries. Ver: www.fao.org/newsroom/en/news/2008/ 1000850/index.html.
FAO (2010), The State of World Fisheries and Aquaculture 2010. FAO Fisheries and Aquaculture Department, Food and Agriculture Organization of the United Nations, Rome, 2010. Ver: www.fao.org/docrep/013/i1820e/i1820e00.htm.
THURSTAN, R.H., BROCKINGTON, S. & ROBERTS, C.M. (2010), The effects of 118 years of industrial fishing on UK bottom trawl fisheries. Nature Communications, 1(2),15.
UN Secretariat — Department of Economic and Social Affairs (2009), 2008 Revision of World Population Prospects. Population Division of the Department of Economic and Social Affairs of the United Nations Secretariat. See: esa.un.org/ unpp/.
WORLD RESOURCES INSTITUTE (1994), World Resources 1994-95. New York: Oxford University Press, pp. 352-353.
WORM, B., BARBIER, E.B., BEAUMONT, N., DUFFY, E., FOLKE, C., HALPERN, B.S., JACKSON, J.B.C., LOTZE, H.K., MICHELI, F., PALUMBI, S.R., SALA, E., SELKOE, K.A., STACHOWICZ, J.J. & WATSON, R. (2006), Impacts of biodiversity loss on ocean ecosystem services. Science, 314 (5800), 787.
WORLD BANK (2008), Sunken Billions: The Economic Justification for Fisheries Reform. Ver: web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/TOPICS/EXTARD/0,,contentMDK:21930578~pagePK:148956~piPK:216618~theSitePK: 336682,00.html.
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* Aniol Esteban (aniol.esteban@neweconomics.org) y Rupert Crilly (rupert.crilly@neweconomics.org), miembros de new economics foundation (nef).
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1 The State of World Fisheries and Aquaculture 2008. FAO Fisheries and Aquaculture Department, Food and Agriculture Organization of the United Nations, Rome, 2009. Ver: www.fao.org/docrep/011/i0250e/ i0250e00.htm.
2 Eurostat statistics © European Communities (1990—2006). Ver: epp.eurostat.ec.europa.eu/portal/page/portal/fisheries/data/database.
3 Ibid.
4 Estimaciones de nef usando los datos de Eurostat (79% de las capturas europeas son realizadas en las aguas europeas).
5 Ibid.
6 Incluye marisco y otros productos derivados.
7 FAO. Fishery and Aquaculture Statistics. 2008 report. www.fao.org/ docrep/013/i1890t/i1890t.pdf
8 Ibid.
9 Cálculos de nef usando los datos de captura y comercio de Eurostat database (epp.eurostat.ec.europa.eu/portal/page/portal/fisheries/data/ database) y European Commission (2008) Study on the European External Fleet. Contract FISH/2006/02 final report. Ver: ec.europa.eu/ fisheries/publications/studies/external_fleet_2008_en.pdf
10 FAO statistics, última visita 20 de mayo de 2010. Ver: faostat.fao.org/ site/610/default.aspx#ancor
11 Global and regional food consumption patterns and trends: Availability and consumption of fish. World Health Organisation. Ver: www.who.int/nutrition/topics/3_foodconsumption/en/index5.html.
12 Laurenti, G. (comp) 1961—2005. Fish and fishery products: World apparent consumption statistics based on food balance sheets. Food and Agriculture Organisation of the United Nations, Fish and Fishery Products. FAO Yearbook/annuaire/anuario 2007. Rome, FAO, 2009. Ver: ftp.fao.org/fi/stat/summary/appIybc.pdf.
13 Eurostat statistics © European Communities (1990—2006). Ver: epp .eurostat.ec.europa.eu/portal/page/portal/fisheries/data/database
14 Eurostat Pocketbook 2007. Fisheries Statistics 1990—2006 © European Communities (2007). Ver: ec.europa.eu/fisheries/publications/ fishyearbook2007.pdf
15 Eurostat statistics © European Communities (1990—2006). Ver: epp .eurostat.ec.europa.eu/portal/page/portal/fisheries/data/database
16 Ibid.
17 Eurostat statistics, © European Communities (1990—2006). Ver: epp.eurostat.ec.europa.eu/tgm/table.do?tab=table&init=1&language =en&pcode=tag00075&plugin=1. 18 La sustitución de pescado en los piensos por otro tipo de proteína (animal o vegetal) reduciría el impacto sobre algunos caladeros de pesca pero podría desplazar los impactos ambientales sobre otros ecosistemas.
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