Florent Marcellesi*

 

André Gorz, junto a su mujer Dorine, ha puesto fin a sus 84 años a una trayectoria que marcó la reflexión filosófica y política en general y el ecologismo en particular. Periodista con el seudónimo de Michel Bosquet y simplemente hombre de carne y hueso bajo el nombre de Gérard Horst (sinónimo en alemán de ‘Bosquet’), el André Gorz que el movimiento verde ante todo recordará es el teórico que a partir de los sesenta produce, junto a Ívan Illich o René Dumont, los primeros escritos de calado sobre la ecología entendida como herramienta holística de transformación social. A través de libros como Ecología y libertad (1977) o Ecología como política (1979) o de su participación en la revista Le Sauvage, introduce un vínculo estructural entre crisis ecológica y crisis de la sobreacumulación, criticando el modelo de consumo opulento que impide la libre emancipación de los hombres. A la vez que llama a una revolución ecológica, social y cultural, postula que la destrucción de la Tierra y de las bases de la vida se deben entender como consecuencias de un modelo de producción que exige la maximización de la rentabilidad a corto plazo y la utilización de una técnica que viola los equilibrios ecológicos [Gorz, 1979]. Esta crítica de la técnica, símbolo de la dominación de los hombres y de la naturaleza, pasa a ser «una dimensión esencial de la ética de la liberación» [Gorz, 2006].

Poco a poco, André Gorz va a teorizar la ecología política como una superación del marxismo y a profundizar en la relación entre emancipación de los individuos y crítica radical del productivismo y del consumismo. Recordando que «el socialismo no vale más que el capitalismo si no cambia de herramienta» [Gorz, 1977], emprende un giro fundamental al principio de los años ochenta con el polémico ensayo Adiós al proletariado (1980) que le valdrá el reconocimiento de los que quieren luchar «más allá del socialismo» y de la revolución industrial, al mismo tiempo que le valdrá el repudio del sindicalismo obrero para el que tanto hizo. Dirigiéndose al marxismo ortodoxo —pero sin renunciar nunca a su anticapitalismo—, plantea con claridad que el capitalismo puede vivir, sobrevivir y convivir con sus contradicciones. Critica con vehemencia el culto primitivo al ‘proletariado mítico’ así como la glorificación del trabajo asalariado [Gorz, 1980].

Es este último tema que el filósofo no dejará de explorar hasta su muerte. En Metamorfosis del trabajo (1988) y Miserias del presente, Riqueza de lo posible (1997), rechaza el pleno empleo y el salario para todos como metas a alcanzar y trata de conciliar el proyecto ecologista con las primeras utopías de abolición de la sociedad del trabajo asalariado. Se opone al discurso social dominante que exalta el lugar central ocupado por el ‘trabajo-empleo’ y ‘trabajo-mercancía’, invenciones del capitalismo industrial e instrumentos de la explotación. En un tono provocador, no duda en plasmar que «cada pancarta que proclama ‘queremos trabajo’, proclama la victoria del capital sobre una humanidad esclavizada de trabajadores que ya no son trabajadores pero que no pueden ser nada más» [Gorz, 1997: 90]. Sin embargo, aunque el tiempo de trabajo haya dejado de ser la medida de la riqueza creada, los sistemas de redistribución y el imaginario colectivo continúan girando de forma paradójica y contradictoria en torno a él. Para el nuevo ejército de desempleados y precarios —el llamado ‘precariado’, consecuencia de esta nueva situación—, sólo queda la triste elección entre la socialización identitaria mediante el trabajo-empleo y la caída en la desesperación del no-ser [Gorz, 1997].

Con su libro «L’immatériel» (2003), analiza la economía del conocimiento donde las fuerzas productivas decisivas como la inteligencia, el saber y la creatividad ya no se asimilan a categorías clásicas como el trabajo o el capital. Acercándose a las teorías del ‘capitalismo cognitivo’, plantea que no es posible medir el trabajo que ha sido gastado a la escala de la sociedad para producir el ‘valor conocimiento’. Más aún, la mismísima ley del valor se encuentra cuestionada ya que, gracias al papel de las nuevas tecnologías y a un coste de reproducción casi nulo, el valor de cambio de estos nuevos bienes cognitivos tienden hacia cero. El trabajo cooperativo de los cerebros a través de la red —véase el fenómeno del software libre— se erige en un nuevo modo de producción donde la pugna se cristaliza por ejemplo en torno a los derechos de propiedad.

De su reflexión, llega a la conclusión de que tenemos que osar el éxodo fuera de la sociedad del trabajo. En la era de lo inmaterial, se trata de conseguir la liberación de las nuevas fuerzas productivas basándose en el reconocimiento y la civilización del ‘precariado’, el nuevo sujeto del cambio y de la subversión [Gorz, 1997]. Es el sentido de la mutación cultural de los movimientos feministas y ecologistas donde domina la lógica de la libertad, de la autonomía y de la libre producción del individuo. En este marco, la economía del conocimiento tiene como vocación convertirse en una economía de la puesta en común y de la gratuidad. Asimismo propone desconectar el trabajo del derecho a tener derechos mediante una nueva política de la renta adaptada a la nueva situación socio-técnica donde cada uno tiene el derecho de escoger la discontinuidad de su trabajo sin sufrir discontinuidad de su renta [Gorz, 1997]. En los últimos años de su vida, se convertirá por lo tanto en un arduo defensor de la renta básica, universal, incondicional y de nivel suficiente.

André Gorz ha sido y será un ejemplo de honestidad, valentía y lucidez para el ecologismo. Cabe esperar que, a pesar —o a raíz— de su muerte, sepamos (re)descubrir su gran obra.

REFERENCIAS

Écologie et liberté, Galilée, 1977

Adiós al proletariado: más allá del socialismo, Imago Mundi, 1989 (Edición en francés: Galilée, 1980).

Metamorfosis del trabajo, Fundación Sistema, 1988.

Miserias de lo presente, riqueza de lo posible, Paidos, 1997.

L’immatériel. Connaissance, valeur et capital, Galilée, 2003.

L’écologie, une éthique de la libération, Entretien avec André Gorz in Ecorev, Número 21, Otoño-Invierno 2005-2006, (disponible en http://ecorev.org/article.php3?id_article=449).

* Ingeniero urbanista y especialista en cooperación internacional. Conjuga su trabajo como experto en temas de sostenibilidad con una intensa actividad política en el movimiento verde español, francés y europeo. Es miembro de Bakeaz (www.bakeaz.org, fmarcellesi@bakeaz.org) y Coordinador nacional de Jóvenes Verdes.

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