Patricio Segura*
• En la Patagonia chilena Endesa España, a través de su filial Endesa Chile, quiere construir cuatro megacentrales hidroeléctricas en los ríos Pascua y Baker, para aportar 2.500 Mw fundamentalmente a las mineras transnacionales.
• Organizaciones y ciudadanos de la Región de Aysén han alzado su voz y se han movilizado frente a esta amenaza a un modelo de desarrollo distinto, alternativo, sustentable, donde el bien común y los derechos de las comunidades estén por encima del lucro y el interés de las empresas y sus accionistas.
Una ardua lucha se está dando en la Región de Aysén, en la Patagonia chilena (muy al sur del mundo), para enfrentar las intenciones de Endesa Chile de construir entre 2008 y 2019 cuatro megarrepresas en los dos ríos más caudalosos del país, el Baker y el Pascua. Son 2.500 megavatios que quiere generar una de las principales empresas privadas (privatizada en las postrimerías de la dictadura de Pinochet y transferida a Endesa España en la década de los noventa mediante una cuestionada y multimillonaria transacción), para llevarlos a través de 2.000 kilómetros de tendido eléctrico al norte (Santiago, la capital) e inyectarlos al Sistema Eléctrico Interconectado Central (SIC) para su consumo a nivel industrial, fundamentalmente minero. Hoy Chile en total tiene 12.000 Mw instalados.
Luchan porque en Aysén siempre han sabido que tienen un diamante. Un diamante en bruto que precisamente, dicen, para no perder su atractivo debe permanecer tal cual, prístino, intocado. Por esto a esta región, en la Patagonia, la han llamado reserva de vida. De allí el desarrollo de iniciativas vinculadas al turismo sustentable, la explotación racional de recursos naturales con calidad de excepción. De allí la confianza en un verdadero desarrollo sostenible.
En esta reserva de vida, además de su flora y fauna, tiene un lugar especial el agua, mucha agua que nutre sus 110.000 kilómetros cuadrados a través de dos vastos campos de hielos, más de 200 cuerpos de agua dulce —entre ellos el binacional lago General Carrera/Buenos Aires, segundo más grande de Sudamérica— y ríos, muchos ríos. Un tercio de los caudales chilenos fluyen por esa zona y se estima que en la Patagonia en general (chilena y argentina) se emplaza el segundo o tercer reservorio de agua dulce del orbe. Y en el mundo actual cualquier economista y empresario de alto nivel sabe lo que eso significa: energía, crecimiento.
En el fondo, dinero, mucho dinero, sustentado en un estilo de desarrollo inequitativo que se ha enseñorado especialmente en los países latinoamericanos. Estilo que no ha aterrizado antes en Aysén porque aún no existe conexión vial entre Chile y su Patagonia, la zona presenta difíciles condiciones climáticas (el frío en el invierno llega a 25 grados celsius bajo cero en algunas localidades) y tiene una compleja geografía. Por eso cuando el 9 de abril del año pasado apareció en el diario chileno La Tercera el titular «Endesa retoma proyectos por 500 millones US$ y acelera megacentrales en Aysén» no fue una sorpresa. No, sorpresa no, pero sí una voz de alerta. «Hoy, definitivamente, vienen por los ríos de Aysén» se pensó.
UNA COMPLEJA LUCHA
Luego de la noticia, en la región los directivos de la Corporación Privada para el Desarrollo de Aysén, el Comité pro Defensa de la Flora y Fauna filial Aysén, la Escuela de Guías de la Patagonia y la Corporación Costa Carrera decidieron informarse cabalmente junto a la ciudadanía sobre el proyecto y analizar todos los aspectos involucrados. Buscaron financiación, lo encontraron y así se desarrollaron entre los meses de septiembre y diciembre los talleres «Por Chile y Aysén, aprendamos de la energía» financiados por un fondo público para la sociedad civil. Temas como la participación ciudadana en Chile, el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, la legislación hídrica, los sistemas hidroeléctricos, las energías alternativas y el propio anteproyecto de Endesa España fueron planteados por diversos expositores (incluso ejecutivos de la empresa) en Coyhaique, en un debate que se continuó dando en los meses siguientes y que permitió la formación en enero de este año de la Coalición Ciudadana por Aysén Reserva de Vida, que a las cuatro organizaciones iniciales sumó la Cámara de Turismo y Comercio de Puerto Río Tranquilo, la Escuela NOLS y la Agrupación de Defensores del Espíritu de la Patagonia de Cochrane, y que trabaja junto a otras entidades como Ecosistemas de Santiago, Conservación Patagonia y la propia Iglesia católica.
En su declaración pública fundacional del 2 de enero la alianza planteó concretamente que «hemos llegado a la conclusión que este megaproyecto (hemos decidido utilizar el prefijo mega dada la realidad poblacional, cultural y territorial de esta región) no es coherente con el desarrollo sustentable de la Región de Aysén y la Patagonia ni con la visión de futuro planteada por gran parte de su población a través de distintos procesos participativos, desde la declaratoria formal de Aysén como Reserva de Vida hasta el espíritu de la Estrategia de Desarrollo Regional» y que «intervenir a la escala planteada los más importantes ríos (en caudal, biodiversidad, potencialidades turísticas) de la Región de Aysén y Chile no sólo será un verdadero asesinato de estos cauces sino además atentará contra todas las formas de vida de estas cuencas y también contra las condiciones de vida y la visión que quienes habitamos esta tierra tenemos respecto del desarrollo integral presente y futuro para nuestras comunidades, tanto en lo ambiental como en lo cultural, social y económico. Los megaproyectos que interevienen drásticamente a las comunidades atentan contra la evolución positiva en la medida que son estados generados a la fuerza y no constantes y paulatinos como lo es cualquier desarrollo real a escala humana».
Hoy Endesa España está en trabajo y no se ha quedado atrás. Durante este año está ejecutando los estudios de línea base e ingeniería para elaborar su estudio de impacto ambiental, está tramitando la solicitud de concesión eléctrica ante el gobierno e iniciando un fuerte proceso de lobby y concientización de la comunidad regional sobre la base de plantear que se podría abaratar el costo de la energía en la región (una de las más caras del país), que darán cuatro mil empleos, que construirán caminos, puertos y aeródromos, en el fondo, que mejorarán sustantivamente la calidad de vida de la población. La moneda de cambio es la inundación de casi 10.000 hectáreas de bosques y área de altas expectativas turísticas y ganaderas, intervenir con muros que bordean los 100 metros los ríos Pascua y Baker, tender líneas de alta tensión desde Villa O’Higgins (en el extremo austral de Aysén) hasta Santiago en lo que sería una cicatriz en el hermoso rostro de la Patagonia y depositar en la zona sur de Aysén unos 4.000 trabajadores, doblando así la población actual de la zona sur de la región.
En este período la coalición ha hecho, junto a otras organizaciones, presentaciones ante la Contraloría General de la República, la Superintendencia de Electricidad y Combustibles, la Comisión Nacional del Medio Ambiente, la Fiscalía Antimonopolios, las autoridades regionales. En lo fundamental, han cuestionado la campaña nacional de lobby que está desarrollando la empresa, los incumplimientos de mantener informadas a las comunidades sobre los avances del proyecto, la presión a pobladores aislados a firmar autorizaciones para ingresar a sus campos para realizar estudios, el ingreso ilegal en terrenos privados y fiscales y la «compra de conciencias» a través del regalo de cuadernos con su imagen corporativa a estudiantes de escuelas y liceos públicos (normalmente de bajos recursos), cuyas familias en algún momento tendrán que hacer observaciones a su proyecto. En el fondo, hacer en Chile lo que probablemente no podrían realizar en su país de origen, España.
Un hito dentro del trabajo de la organización fue un encuentro ciudadano en la confluencia de los ríos Baker y Neff, un hermoso lugar que quedaría eventualmente bajo las aguas, cuando el domingo 12 de marzo más de 150 ayseninos y visitantes de otras zonas del país se reunieron para conmemorar el Día Mundial de Acción contra las Represas.
Además, en los cerca de 20 talleres de información realizados por la coalición desde enero de este año en la región han participado más de 600 estudiantes, pobladores, dirigentes indígenas y empresarios turísticos, ocasión donde han expuesto sus planteamientos y cuestionamientos a la iniciativa.
La última acción fue la inauguración de las oficinas de campaña y el centro de información a fines de julio, en un espacio que esperan que no sólo sea de encuentro para llevar adelante la oposición a este megaproyecto «sino fundamentalmente ser un lugar de diálogo sobre un desarrollo alternativo, sostenible, distinto para la Región de Aysén. Un espacio para la construcción de Aysén, reserva de vida de Chile y del planeta» señalan en la organización.
NO ES UN PROYECTO PAÍS
• Sólo un 15% de la energía que se consume a nivel nacional es domiciliaria, y más de un 60% es industrial, principalmente minera (INE a marzo de 2006). Incluso los ejecutivos de Endesa Chile en sus presentaciones han retirado el argumento inicial que justificaba el proyecto por «la incorporación al SIC de nuevos proyectos mineros» quedando hoy sólo la alusión al crecimiento, sin justificación, de la demanda energética en los próximos años.
• La minería es el sector económico que menor aporte hace al empleo a nivel nacional, excluyendo al sector Electricidad, Agua y Gas. Hoy sólo 86.690 puestos de trabajo, de 6.024.500 empleos.
• El crecimiento del país no es sinónimo de mejor calidad de vida: se debe hablar también de redistribución de la riqueza, mayor protección social, bien común por encima de lucro individual, uso de otras energías renovables alternativas y de pequeña escala, eficiencia energética y adecuada y racional administración recursos naturales.
NO ES UN PROYECTO REGIÓN
• El índice de desempleo regional promedia el 6% (2.500 trabajadores), considerándose que el empleo que se daría sería fundamentalmente de origen extrarregional especializado, a lo cual se suman las personas que llegarían a la zona por nuevas fuentes de trabajo.
• Instalar en la zona sur de Aysén cerca de 4.000 habitantes (3.837 según Censo 2002) unos 4.000 trabajadores, principalmente hombres adultos, además de sus familias, es un peligro no dimensionado para esta zona. ¿Qué pasará cuando baje el peak de faenas (años 2010-2012), se quedarán en la zona como desempleados?
• En el fondo, se quiere convertir a Aysén en la Gran Pila de Chile. Al momento de instalar las líneas de transmisión llegarían no sólo las represas en el Baker y el Pascua, sino otras en las cuencas del Palena, Cisnes, Aysén, Bravo, y más específicamente los ríos Cuervo, Ibáñez, El Salto y otras 42 cuencas menores de 100 MW. Así lo ha informado Faconbridge, que ya anunció en abril que espera desarrollar su proyecto Energía Austral por 700 Mw y AES Gener, que analiza un emprendimiento por 500 MW en la zona.
• Lo anterior atenta contra la calidad de reserva de vida de la zona, cuyos territorios se está gestionando que sean reconocidos como Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biósfera.
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* Periodista
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