- La Evaluación Internacional del Papel del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD) y la Soberanía Alimentaria
- UNDP, FAO, UNEP, UNESCO, THE WORLD BANK, WHO, GLOBAL ENVIRONMENT FACILITY
- Editado por: Island Press
- Año: 2009
- Disponible en: http://www.agassessment.org
- Crítica del informe: MARTA GUADALUPE RIVERA FERRE
La Soberanía Alimentaria (SbA) es una propuesta política que surge del movimiento campesino internacional La Vía Campesina (1996). Es una propuesta dinámica que ha evolucionado con el tiempo conforme se han ido sumando distintos colectivos (pastores, pescadores, indígenas, mujeres, consumidores, ecologistas, ONG-Cooperación, etc.) que la han enriquecido con sus aportaciones. La SbA se puede entender como una alternativa al actual modelo de desarrollo aterrizada al ámbito de la cadena agroalimentaria. Para ello, propone una serie de medidas e iniciativas políticas para cada una de estas fases que se definen en unas alternativas de carácter técnico (preferencia del comercio local, agricultura campesina con enfoque agroecológico, participación de los campesinos en las políticas agrarias, reconocimiento y promoción del papel de las mujeres, acceso a recursos, etc.) que permitirían alcanzar dicho objetivo político (es menester recordar que las propuestas técnicas también son políticas). Muchos podrán tachar a esta iniciativa de utópica y de difícil consecución, de propuesta alejada a la realidad y contraria a todas las iniciativas que en el ámbito del desarrollo y el ámbito agropecuario se están realizando.
Ciertamente esto es así el contexto socioeconómico del capitalismo neoliberal en el que nos encontramos actualmente y desde el que se realizan las políticas de cooperación y desarrollo, así como las políticas científicas, tiende a mercantilizar derechos y a realizar propuestas basadas en análisis reduccionistas de la realidad, que van en la dirección opuesta a las propuestas de la soberanía alimentaria (Rivera-Ferre, 2008). Así por ejemplo, en la sociedad del conocimiento, la política científica desvía más fondos hacia unos tipos de estudios que a otros, lo que en el ámbito de la agricultura significa fondos para tecnologías productivistas frente a fondos para la agroecología. Los análisis científicos que desde las ciencias agrarias se realizan en relación al hambre y la pobreza parten de las premisas de que la ciencia es neutra y de que la causa del hambre es fundamentalmente cuantitativa, de falta de alimentos. No incluyen en sus análisis el impacto de las políticas, que desde la soberanía alimentaria se entiende son la causa fundamental de este genocidio (según palabras del relator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación). Por ello, no es de extrañar que la mayoría de las «evidencias» científicas giren en torno a propuestas tecnológico-dependientes con una visión mercantilista de la agricultura y la alimentación, y no en torno a otras alternativas que reconozcan el papel del conocimiento tradicional o que tengan una visión de derechos respecto a la alimentación. Sin embargo, aunque pocos, algunos esfuerzos científicos se han realizado para analizar de manera integrada la situación del hambre y la pobreza y del medio rural en general. Cuando esto ocurre, las conclusiones son muy diferentes a las de la corriente mayoritaria, y por ello, son estudios que suelen ser criticados y almacenados en un cajón con el objetivo de ser olvidados. (https://allproshadeconcepts.com)
Uno de estos estudios integrales, complejos y multidisciplinares ha sido la IAASTD, publicado a principios de 2009, criticado por la industria de los OGMs, algunos científicos y «olvidado» como fuente de «evidencias» para las discusiones que tendrán lugar en Roma en Diciembre en la reunión del comité de seguridad alimentaria.(1) La IAASTD fue una iniciativa de la FAO y el BM, apoyada por otras organizaciones de las Naciones Unidas, cuyo objetivo fundamental era analizar el papel que el conocimiento (en su más amplia acepción, formal e informal), puede tener en la reducción del hambre y la pobreza, mejora de los medios de subsistencia en las zonas rurales y de la salud humana, y promoción de un desarrollo equitativo y sostenible desde el punto de vista social, ambiental y económico. La IAASTD aborda cuestiones críticas para la formulación de políticas y facilita información sobre temas controvertidos como las consecuencias socioambientales del aumento de la productividad, de los cultivos transgénicos, del desarrollo de la bioenergía a gran escala en el precio y la disponibilidad de alimentos a largo plazo, o del cambio climático y la agricultura. En general, integra información científica sobre temas que están relacionados entre sí pero que a veces se abordan de manera independiente: agricultura, pobreza, hambre, salud, recursos naturales, medio ambiente, desarrollo e innovación. Reunió a más de 400 expertos a nivel internacional, incluyendo a científicos de distintas áreas de conocimiento, pero también a otros actores involucrados en la alimentación y el desarrollo rural (consumidores, gobiernos, organismos internacionales, organizaciones de investigación, ONG, sector privado, productores, comunidad científica), con el fin de intercambiar experiencias, opiniones o interpretaciones (IAASTD, 2008). La IAASTD señala un elemento clave, y es que para elaborar políticas eficaces es fundamental reconocer que existen narrativas bien fundadas y en pugna, si no contrapuestas, de los enfoques de la ciencia y la tecnología en relación a los objetivos de la propia evaluación.
Si bien no es un documento revolucionario, e integra elementos que desde la SbA se considerarían erróneos, la IAASTD sí propone cambios radicales en los objetivos y orientación de las políticas científicas. Reconoce el hecho de que la ciencia y la tecnología no son neutras, y que las inversiones en ciencia y tecnología agraria (CCTA) producen impactos ambientales, sociales, culturales y en la salud. Por ello, para tratar de eliminar una serie de inequidades socioeconómicas persistentes es necesario reorientar la generación y aplicación de la CCTA «que incluya la participación plena, abierta y transparente de todos los interesados, (…), así como los conocimientos, las habilidades y la experiencia de las mujeres». Señala que en algunos casos, se ha excluido a actores clave, tales como los pequeños agricultores, dándose preferencia a las consideraciones a corto plazo o privilegiando la CCTA formales. La inclusión de un análisis contextual aportado desde el ámbito de las ciencias sociales (CCSS) ha llevado a este informe a realizar propuestas innovadoras que coincidirían en cierta medida con las propuestas de la SbA; de hecho, es probablemente el primer informe de estas características que incluye la SbA entre sus conceptos de manera separada del de seguridad alimentaria. Entre sus propuestas fundamentales están: la inclusión de otros enfoques científicos, como los aportados desde las CCSS, y de otros conocimientos, como el informal (indígena); adoptar estrategias agroecológicas, crear mejores oportunidades para los productores y trabajadores rurales o reforzar el papel de las mujeres (Stokstad, 2008). Recomienda la implementación de medidas antidumping o la internalización de los costos ambientales y sociales que las prácticas modernas han externalizado para resolver las inequidades que genera la agricultura industrial, si bien destaca que tales métodos pueden llegar a ser eficaces si se crean alianzas entre productores y consumidores. En la IAASTD se señala que:
Las opciones políticas para que (los países en vías de desarrollo) puedan responder frente a las crisis y lograr la seguridad y soberanía alimentarias comprenden un mayor control democrático (local, nacional, regional) y la participación del sector público en la política agraria, especialmente mediante la habilitación de las organizaciones de agricultores, y a través de los gobiernos nacionales y los bloques comerciales a nivel regional. Otras opciones de política son 1) mejorar el acceso a la tierra, al germoplasma y a otros recursos, así como el control sobre ellos, 2) diversificar los cultivos con especies de importancia para cada lugar, 3) mejorar el acceso a los recursos (por ejemplo, crédito, nutrientes) y 4) respaldar los medios de subsistencia de la zonas rurales asegurando que los precios al productor sean mayores que los costos marginales de la producción local.
¿Nos recuerdan estas recomendaciones a algo?
Las propuestas y conclusiones de la IAASTD han tenido un rechazo importante por una parte de la comunidad científica internacional, fundamentalmente de investigadores en el ámbito de la biotecnología, que entienden que el informe es sesgado y rechaza las potencialidades que la biotecnología podría aportar para conseguir los objetivos de desarrollo y sostenibilidad. De esta manera, los autores de la IAASTD representantes de la industria biotecnológica decidieron retirarse del proceso una vez finalizado. Este rechazo fue recogido en el más alto nivel científico, con reseñas en las revistas Science y Nature. Pero la IAASTD ni siquiera rechaza la biotecnología, sólo deja entrever que la tecnología OGM no es «la panacea» para la agricultura que nos quiere hacer creer las industrias de semillas. Y ante dicha afirmación la industria reacciona abandonando la IAASTD. Este abandono ha permitido visualizar el trato al que están acostumbradas dichas compañías, el de «niñas mimadas». Animo a los lectores y lectoras a echar un vistazo a la IAASTD.
IAASTD (2008), Agriculture at a Crossroads: The Synthesis Report. Washington, DC, USA: International Assessment of Agricultural Knowledge, Science and Technology for Development. www.agassessment.org/
RIVERA-FERRE, M.G. (2008), Soberanía Alimentaria: Limitaciones y Perspectivas. En: Derecho a la Alimentación y Soberanía Alimentaria. Cátedra de Estudios sobre Hambre y Pobreza. Diputación de Córdoba y Servicio de Publicaciones de la Universidad de protect your seats Córdoba: pp. 105-120.
STOKSTAD, E (2008), Duelling Visions for a Hungry World. Science 319: 1474-1476.
Vía Campesina (1996), Final declaration II international conference of La Vía Campesina in Tlaxcala. En http: //www.viacampesina.org.
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1 Algunos autores de la evaluación han escrito una carta a la FAO para exigir que se incluya entre los documentos a analizar para las discusiones del encuentro.
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