Paul Munro y María de Lourdes Melo Zurita*
RESUMEN DEL TEXTO
Sierra Leona es un país fundado por esclavos liberados del Reino Unido en el año de 1787, aunque se convirtió en una Colonia Británica hasta 1805. Sin embargo, el territorio de Sierra Leona ha sido habitado por miles de años por una multiplicidad de grupos étnicos que han disfrutado de la variedad ecosistémica y de las condiciones locales de su medio. Con la imposición del gobierno británico en el territorio a principios del siglo XIX, nuevas visiones sobre la explotación de los recursos naturales fueron impuestas también. A lo largo de este artículo se expone la historia intervencionista en la actividad agrícola del país, como una muestra de las estrategias desarrollistas en países Africanos. Las lecciones aprendidas en siglos pasados en este país del Oeste de África deberán ser tomadas en cuenta en el desarrollo de prácticas agrícolas más eficientes e inclusivas para el presente siglo XXI. La fascinante historia de Sierra Leona es presentada y analizada a través del tema agrícola y sus impactos en las prácticas tradicionales de los habitantes de este controvertido país.
En donde la naturaleza ofrece tanto prodigio los nativos están contentos con lo que encuentran a mano. Se requiere de la inteligencia europea para ver que la riqueza está en lo que puede ser producido, en descubrir los usos que el artículo cultivado tiene y en el conocimiento de los mercados en los que el producto puede ser vendido (Alldridge, 1910: 356).
El párrafo arriba citado proviene de un libro escrito por T.J Alldridge titulado A Transformed Colony (Una Colonia Transformada). Mr. Alldridge ejerció como comisionado del gobierno colonial del Reino Unido en Sierra Leona durante los inicios del siglo XX. Los comentarios arriba expuestos insinúan la falta de deseo y/o la inteligencia de los grupos locales para desarrollar su medio ambiente natural, asumiendo que «la prosperidad» de la tierra sólo puede ser llevada a cabo mediante la intervención de europea. Probablemente, lo que es más significativo de la cita anterior es que, aunque actualmente la prosa puede ser diferente, las ideas y los discursos sobre el desarrollo en África y las intenciones intervencionistas aún permanecen. A pesar de lo anterior y después de 100 años de intervención europea en la agricultura de Sierra Leona es claro que ninguno de los proyectos agrícolas propuestos ha logrado mejorar o cambiar las prácticas agrícolas en el país. Lo anterior, debido a que la influencia y tecnología occidentales han ignorado por completo las habilidades y los conocimiento agrícolas que se han desarrollado en el Oeste de África durante siglos. Como Paul Richards (1986: 1) nos lo comenta: «en muchos casos la transferencia de tecnologías ha sido parte estructural del problema y no la solución».
Durante el siglo XIX las concepciones sobre la relación entre seres humanos y tierra fueron fundamentalmente diferentes entre africanos y europeos. Las suposiciones europeas se basaron principalmente en la noción de «equilibrio ecológico permanente» (Baker, 2000) y en que la naturaleza debe ser adaptada a las preocupaciones antropocéntricas y no a la inversa. Sin embargo, la agricultura a pequeña escala había proveído de sustento a los africanos por miles de años de manera exitosa principalmente por su idoneidad en un ambiente tropical imprevisible. Sierra Leona tiene una temperatura media que oscila entre los 30o C y una precipitación anual de 2.800 mm, condiciones climáticas que deben parecer idóneas para un granjero (Gwynee-Jone et al., 1978). Sin embargo, la realidad es que las precipitaciones ocurren constantemente entre abril y noviembre provocando fuertes inundaciones durante la temporada de lluvias y condiciones de extrema sequía durante la temporada de secas. Aunado a lo anterior, el período de lluvias tiende a variar considerablemente de un año a otro en la región (Johnny et al., 1981). Es por esto que la capacidad de los pequeños agricultores para adaptarse al medio ambiente, en lugar de adaptar al medio ambiente, ha sido pertinente para su supervivencia.
Cuando Sierra Leona era todavía una colonia del Reino Unido, el gobierno colonial implementó un programa para introducir cultivos comerciales y para el desarrollo de pantanos como una alternativa a la agricultura itinerante practicada por la mayoría de la población (Jabati, 1978). Así, el régimen colonial, hizo poco para mejorar las técnicas de cultivos de subsistencia, lo que influyo en la pérdida de conocimientos antiguos sobre el manejo de la tierra (Richards, 1985).
Durante la década de los cincuenta se implementó «la modernización» del sistema de cultivo de arroz con tractores. El programa exigía considerables aportes fiscales, por lo que estaba altamente subsidiado y en última instancia no era sostenible. Finalmente, el proyecto fracaso debido a su incompatibilidad con la economía política más amplia. Durante los años setenta la carencia de tractores modernos hizo que el proyecto se detuviera de forma definitiva (Jedrej, 1983). Únicamente el 4 por ciento de la producción total de arroz del país era producida mediante el cultivo con tractores, pero el régimen representaba el 80 por ciento de los gastos del Departamento de Agricultura y comprometió cantidades sustanciales de trabajo (Richards, 1985).
Más recientemente, durante los años setenta y ochenta, el Banco Mundial y otros organismos de ayuda internacional propusieron una iniciativa en Sierra Leona que fue llamada el Proyecto Integrado de Desarrollo Agrícola (PIDA). El principal objetivo era suministrar a los pequeños agricultores con semillas, fertilizantes y créditos para comprar el paquete de insumos y servicios de extensión. Cuatro PIDAs importantes se llevaron a cabo en Sierra Leona, pero el proyecto parecía estar condenado al fracaso desde su inicio, debido principalmente a su gran dependencia de insumos externos (Airey et al. 1979). Estos proyectos fueron planificados desde arriba y sin un compromiso claro con las comunidades locales (Karimu y Richards, 1981). Así, cuando las subvenciones de los proyectos fueron finalmente retiradas los agricultores participantes volvieron al uso local del suelo (Richards, 1997).
Con los ejemplos arriba expuestos es notorio que los pequeños agricultores han sido construidos como el problema, mientras que la ciencia y la modernización han sido prescritas como las soluciones. La realidad es que la tecnología no puede separarse de su contexto social, en última instancia las «soluciones» europeas marginaron las ideas y posibles contribuciones de los pequeños agricultores. Los pequeños agricultores han proporcionado, hasta ahora, una proporción abrumadora de la producción agrícola en Sierra Leona, aunque sus técnicas se encuentren fuera del modelo ideal de desarrollo (Mortimore, 2003). Esto no es para sugerir que la pequeña agricultura no necesita de los insumos o de la asistencia de investigadores formales. Más bien implica que hay una necesidad imperante de acuerdos ecológicos, sociales y culturales en torno a los objetivos y métodos de los pequeños productores para formular las innovaciones técnicas. Sólo entonces las mejoras convenientes para el pequeño productor serán absorbidas fácilmente (Fyle, 1987). Las perspectivas sobre el desarrollo agrícola necesitan ampliarse más allá de la percepción occidental si han de ser aplicadas con éxito en África. Consideraciones importantes, tomando en cuenta que Sierra Leona es un país que está saliendo de un conflicto de 10 años y tiene los ojos puestos en su producción agrícola.
REFERENCIAS
AIREY, A., BINNS, A. J. y MITCHELL, P. K. (1979), «To Integrate or…? Agricultural Development in Sierra Leone», IDS Bulletin, Guest Issue: Development Studies at Birmingham, 10(4), pp. 20-27.
ALLDRIDGE, T. J. (1910), A transformed colony: Sierra Leone as it was, and as it is its Progress, Peoples, Native Customs and Undeveloped Wealth. Londres: Seeley and Co. Limited.
BAKER, K. M. (2000), Indigenous Land Management in West Africa: An Environmental Balancing Act, Oxford University Press.
CROWDER, M. (1970), West Africa under Colonial Rule, Hutchinson of London.
FYLE, M. C. (1987), «Culture, Technology and policy in the informal sector: Attention to Endogenous Development» en Sierra Leone 1787-1987: Two Centuries of Intellectual Life, M. (Diazepam) Last y P. Richards (eds.), C. Fyfe (Consultant ed.), Manchester University Press y Africa: Journal of International African Institute, pp. 498-510.
GWYNNE-JONES, D., MITCHELL, P. K., HARVEY M. E. y SWINDELL, K. (1978), A New Geography of Sierra Leone, Longman.
JABATI, S. A. (1978), Agriculture in Sierra Leone, Vantage Press.
JEDREJ, M. C. (1983,) «The Growth and Decline of a Mechanical Agriculture Scheme in West Africa» African Affairs, 82(329), pp. 541-558.
JOHNNY, M., KARIMU, Y. P. y RICHARDS, P. (1981) «Upland and Swamp Rice Farming Systems in Sierra Leone: The Social Context of Technological Change» Africa, 51(2), pp. 596-620.
KARIMU, J. A. y RICHARDS, P. (1981), The Northern Area Integrated Agricultural Development Project: the social and economic impact of planning for rural change in northern Sierra Leone, Londres: Department of Geography, SOAS, Occasional Papers, New Series.
MORTIMORE, M. (2003), The future of family farms in West Africa, IIED Drylands Programme; Issues paper 119, Londres: International Institute for Environment and Development.
RICHARDS, P. (1985), Indigenous Agricultural Revolution: Ecology and Food production in West Africa, Hutchinson.
— (1986), Coping with Hunger: Hazard and experiment in an African rice-farming system, The London Research Series in Geography, Londres: Allen & Unwin.
— (1997), «Towards an African ‘Green Revolution’? An Anthropology of Rice Research in Sierra Leone» in The Ecology of Practice: Studies of food Crop Production in Sub-Saharan West Africa: Food and Nutrition in History and Anthropology, A. E. Nyerges (ed.), Vol. 12, Gordon and Breach Publishers, pp. 201-254.
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* Paul Munro es Coordinador de Investigaciones y Desarrollo, Energy For Opportunity (www.energyforopportunity.org) y profesor de Ciencia Política y Relaciones Internacionales. Universidad Modelo (paul@enegyforopportunity.org); María Lourdes Melo Zurita es Candidata a Doctor Departamento de Geografía King’s College London (maria.melo_zurita@kcl.ac.uk).
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