• Salud y cambio climático
  • (capítulo 8 del informe: «Cambio climático 2007. Impactos, adaptación i vulnerabilidad»)
  • UNEP-IPCC Editado por: European Commission. Publications Office
  • Año: 2007
  • 42 pp.
  • Disponible en: http://www.ipcc.ch/ipccreports/ar4-wg2.htm
  • Crítico del informe S. HENDEL-BLACKFORD, M. TORRES, ECOFYS

 

La evaluación de riesgo comparativo realizada por la Organización Mundial de la Salud estima que, hasta el año 2000, el cambio climático acontecido desde la década de1970 había causado más de 150.000 muertes anuales (OMS, 2002). Durante la ola de calor de 2003, se produjeron más de 70.000 muertes sobre la media en doce países de Europa. Estas cifras demuestran que aun los países ricos pueden ser vulnerables al cambio climático, especialmente cuando se dan condiciones climáticas extremas nunca antes experimentadas en la región. Se anticipa que las olas de calor acontecerán con mayor frecuencia y que el riesgo de mortalidad se incrementará entre 0,2 y 5,5% por cada grado de temperatura de aumento sobre la media de un determinado lugar.

Estas cifras demuestran que la salud pública es uno de los sectores clave más vulnerables al cambio climático. Este artículo proporciona un resumen claro de los avances más recientes de la ciencia y de las políticas de la UE en lo que concierne a la salud y el cambio climático. Se presentan aquí los datos más relevantes aportados por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), destacando las interrelaciones en el ámbito de la salud y los pasos que habrán de darse.

El cuarto Informe de Evaluación del IPCC es uno de los documentos más exhaustivos y actuales de la literatura científica relacionada con la salud y el cambio climático. Incluye una evaluación de las relaciones entre salud y cambio climático y aporta un seguimiento completo de los impactos pasados y presentes, además de calcular las cargas actuales y predecir sus consecuencias sobre la salud. El IPCC afirma que los cambios en el clima tienen un efecto directo sobre las olas de calor, las olas de frío, las tormentas de viento e inundaciones, las sequías, la calidad del aire, la carga existente de aeroalergénicos y enfermedades transmitidas por vectores (como la malaria, el dengue, etc.) y la radiación solar ultravioleta. Los impactos asociados a la salud varían desde insolaciones o quemaduras del sol a un aumento de la morbilidad y la mortalidad. Hay también un número limitado de impactos positivos para la salud, como el descenso de la morbilidad y la mortalidad causadas por olas de frío o la disminución del riesgo de transmisión de enfermedades en casos específicos. Sin embargo, en conjunto, los pronósticos del impacto del cambio climático sobre la salud son mayoritariamente negativos (IPCC, 2007).

El nivel de comprensión de la relación entre los impactos sobre la salud y el clima, así como la capacidad de interpretar esto varía considerablemente. La naturaleza e intensidad de los impactos sobre la salud dependen de las condiciones del sistema de salud, la situación sanitaria actual y las condiciones medioambientales y sociales de la población afectada. Estos factores definen y condicionan la vulnerabilidad de la población. Los pronósticos sobre la salud son también complejos y suponen evaluaciones sobre la estructura de edad de la población, el desarrollo económico y el nivel de urbanización. El crecimiento conlleva cambios sociales y, aunque tales cambios pueden crear riqueza, también pueden, al menos a corto plazo, provocar un considerable estrés social y perjuicios ambientales (IPCC, 2007).

Actualmente, el cambio climático contribuye al aumento global de las enfermedades y las muertes prematuras (IPCC, 2007). Aunque en muchos aspectos la salud de la población haya mejorado de manera notable durante los últimos 50 años, las mejoras no son uniformes y persisten las desigualdades sustanciales en el área de la salud (IPCC, 2007). Hoy día, la malaria provoca alrededor de un millón de muertes infantiles anuales (OMS, 2003). Cerca de un tercio de la población mundial vive en regiones donde el clima favorece la transmisión del dengue (Hales et al., 2002; Rogers et al., 2006). En 2003, unos 130 millones de personas se vieron afectadas por las inundaciones en China (EM-DAT, 2006). En 1999, en Venezuela, 30.000 personas murieron en tormentas seguidas por inundaciones y deslizamientos de tierras. En 2000-2001, en Mozambique murieron 1.813 personas en inundaciones (IPCC, 2007).

Los impactos negativos sobre la salud serán más graves en los países de bajos ingresos. Quienes más riesgos corren, en todos los países, son los habitantes pobres de las urbes, los ancianos y los niños, las sociedades tradicionales, los agricultores de subsistencia y las poblaciones costeras.

Hay un número de impactos indirectos sobre la salud humana que pueden verse exacerbados por los efectos del cambio climático. Entre ellos destaca la calidad de los entornos edificados. Por ejemplo, si el entorno construido no está adaptado para sobrellevar un aumento de temperaturas, esto puede derivar en una mayor incidencia del calor sobre los grupos vulnerables. Tal cosa sería especialmente problemática en las zonas urbanas, donde el aumento de temperatura y las olas de calor provocadas por el cambio climático pueden incrementar el conocido efecto de isla de calor. Teniendo en cuenta el permanente avance de la urbanización, será este un problema cada vez mayor en todo el mundo.

El comportamiento humano y la falta de habilidades para afrontar y adaptarse a nuevas situaciones de forma autónoma pueden favorecer un impacto negativo sobre la salud humana, pero este no es cuantificable ni predecible. Tal sería el caso, especialmente, en las regiones que hasta ahora no han experimentado con frecuencia los efectos de las olas de calor. También los efectos de los trastornos sociales y económicos originados por los desplazamientos de población, la pérdida de fuentes de sustento o los conflictos territoriales pueden incrementar las consecuencias negativas sobre la salud humana.

DE UNA CIENCIA DEL CLIMA A UNA POLÍTICA DEL CLIMA. EL PRIMER LIBRO BLANCO EUROPEO

El pasado mes de abril, la Unión Europea publicó el primer Libro Blanco de la UE «Adaptación al cambio climático: Hacia una estructura europea para la acción» (COM, 2009; 147 final) (1). Mientras que las acciones para mitigar el impacto de los gases de efecto invernadero forman parte integral de las políticas de la UE, es esta la primera vez que se publica un Libro Blanco sobre la adaptación a los impactos del inevitable cambio climático. El Libro Blanco sugiere la dirección de las futuras políticas de la UE y propone acciones para aumentar nuestra resiliencia y reducir nuestra vulnerabilidad frente de los impactos del clima, mediante un incremento de nuestra capacidad de adaptación y la promoción de prácticas de adaptación, dentro y fuera de la Unión Europea.

El Libro Blanco enfatiza la necesidad de actuar dentro de la UE, puesto que nos enfrentamos a los inevitables impactos del cambio climático «por lo menos durante los próximos 50 años.» Los recursos hídricos, muy especialmente, son citados como un área de riesgo real, dado que «Se prevé que el déficit de agua (WATER STRESS) en Europa se dispare del 19% actual hasta un 35% en 2070». Esto, a su vez, puede influir sobre las futuras pautas migratorias y tener un impacto negativo sobre la salud humana en magnitudes que aun están por cuantificar. A escala planetaria, más de dos mil millones de personas viven en las regiones secas del mundo y sufren de manera desproporcionada de malnutrición, elevada mortalidad infantil y enfermedades relacionadas con el agua contaminada o insuficiente (OMS, 2005). Aunque ya se están llevando a cabo algunas adaptaciones, se están realizando de forma poco sistemática; de ahí que los esfuerzos de la UE para ofrecer un enfoque más estratégico se centren en establecer y promover la adaptación efectiva en todos y cada uno de los niveles de gobierno. Confiar sólo en la adaptación autónoma no es suficiente, puesto que este enfoque es vulnerable a las coacciones financieras y trae aparejado el riesgo de una mala adaptación; por ejemplo, proteger una zona de las inundaciones puede simplemente desplazar el problema río abajo y poner en riesgo la salud de otras comunidades.

Uno de los pilares de esta proposición es el establecimiento de una sólida base de conocimientos sobre el impacto y las consecuencias del cambio climático para la UE. Una acción clave será la creación, en 2011, de un Mecanismo de intercambio de información; es decir, una base electrónica de datos sobre los impactos, las vulnerabilidades y las mejores prácticas de adaptación. Este sistema permitirá enlazar con todos los repositorios existentes (2), muchos de los cuales disponen de información sobre la relación entre los efectos del cambio climático y las consecuencias sobre la salud humana.

El Libro Blanco plantea que de aquí a 2012 se debería realizar una revisión de cada una de las áreas de políticas, para establecer cómo reenfocarlas o corregirlas, de modo que favorezcan las adaptaciones necesarias. El primer sector destacado como uno de los con mayor implicación de la EU, donde más necesaria se ve la incorporación de la adaptación, es el sector de la salud, especialmente a través de la Estrategia de Salud de la UE (COM, 2007; 630) (3).

El Libro Blanco señala que los estados miembro deberían tomar la iniciativa en muchas áreas, al mismo tiempo que reconoce la responsabilidad de la UE en proporcionarles la asistencia necesaria. También establece que la Comisión Europea trabajará con la OMS y las agencias de la UE para investigar cómo asegurar «la supervisión y el control adecuados del impacto del cambio climático sobre la salud, como la supervisión epidemiológica, el control de las enfermedades transmisibles y los efectos de acontecimientos extremos.»

PRÓXIMOS PASOS

No se detallan en el Libro Blanco de qué manera se acometerán tales acciones y, si tenemos en cuenta el actual clima económico, no está claro hasta qué punto se dispondrá de financiación adicional para ponerlas en práctica. No obstante, el próximo mes de septiembre, la Comisión establecerá un Grupo Coordinador sobre Impacto y Adaptación en el que participarán representantes de los estados miembros; este Grupo será asesorado por equipos técnicos especializados en las cuestiones clave, entre ellas la salud.

Fuera de la UE, el mayor desafío es la limitada capacidad de investigación y adaptación en los países de ingresos medios y bajos. Para la mayoría de la población mundial, la posibilidad de disfrutar de una vida saludable está condicionada por los efectos directos e indirectos de la pobreza (Banco Mundial et al., 2004). En el futuro, la vulnerabilidad al clima dependerá no sólo de la magnitud del cambio socioeconómico, sino también de cuán equitativamente estén distribuidos los costes y los beneficios y de qué manera acontece dicho cambio (IPCC, 2007).

Mientras que hay un vínculo claro entre los efectos del cambio climático y sus implicaciones negativas sobre la salud, sigue por verse hasta qué punto podemos revertir o prevenir tales impactos mediante una precavida adaptación en el sector de salud. Muchos desafíos quedan por delante, pero el Libro Blanco de la UE es un paso bienvenido para definir las acciones necesarias a cada nivel de gobierno. Es imprescindible incrementar la capacidad de adaptación en todos los niveles.

REFERENCIAS

EM-DAT (2006), The OFDA/CRED International Disaster Database: http://www.em-dat.net

HALES, S., N. de WET, J. MAINDONALD y A. WOODWARD (2002), «Potential effect of population and climate changes on global distribution of dengue fever: an empirical model». Lancet, 360, 830-834.

IPCC, 2007: IPCC Fourth Assessment Report, Working Group II Report «Impacts, Adaptation and Vulnerability». Chapter 8 «Human Health».

ROGERS, D.J. y S.E. RANDOLPH (2006), «Climate change and vector-borne diseases». Adv. Parasitol., 62, 345-381.

WHO (2002), «Injury Chart Book: Graphical Overview of the Burden of Injuries», World Health Organization, Geneva, 81 pp.

WHO (2003), «The World Health Report 2003: Shaping the Future», World Health Organization, Geneva, 210 pp.

WHO (2005), «Ecosystems and human well-being: health synthesis. Areport of the Millennium Ecosystem Assessment», World Health Organization, Geneva, 54 pp.

World Bank, African Development Bank, Asian Development Bank, DFID, Directorate-Generale for Development European Commission, FederalMinistry for Economic Cooperation and Development Germany, Ministry of Foreign Affairs Netherlands, UNDP and UNEP (2004) «Poverty and Climate Change: Reducing the Vulnerability of the Poor through Adaptation». World Bank, NewYork, 43 pp.

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